¿Se vive mejor sin Dios?

Me pregunta un amigo por qué en tiempos de crisis, incluso las económicas como en la actualidad, el ser humano se refugia más en la fe en Dios. Difícil responder a esa pregunta, ya que para mí si Dios sirve para algo debería ser para los tiempos de alegría y felicidad, no para los tiempos del miedo.

Si Dios sirve para algo debe ser para los tiempos de alegría y felicidad, no para los del miedo

Los padres del científico y escritor Leonard Mlodinov se salvaron de las garras del Holocausto. Él mismo salvó su vida el fatídico 11 de septiembre, en los bajos de una de las Torres Gemelas de Nueva York cuando se hundió. En una entrevista reciente le preguntaron en Brasil qué sentía al saber que Dios había salvado milagrosamente su vida y la de sus padres. Respondió: «No fue Dios, sino el acaso». Y añadió: «¿Qué Dios sería ese que salva a mis padres del nazismo y deja morir a seis millones de otros judíos?». «¿Qué Dios sería ese que me salva del atentado terrorista de Nueva York y deja morir a otras 3.000 personas?».

Difícil encontrar a Dios en los escombros de la muerte.

Lectores que no conozco suelen preguntarme, unos con respeto, otros, menos, si pienso que sin Dios se acaba viviendo mejor. Escribí hace 40 años un libro que se titulaba El Dios en quien no creo. Había sido el título de un artículo publicado en el desaparecido diario Pueblo de Madrid. Se les había colado a los censores franquistas. Quizás porque pensaron que si hablaba de Dios no podía ser nada subversivo. Lo era para la España católica y cerrada de entonces.

Me citó a su despacho el entonces arzobispo de Madrid, Casimiro Morcillo. Me dijo que el artículo estaba ayudando a los españoles a hacerse ateos porque afirmaba entre otras cosas que si Dios existe no podía existir el infierno y que no podía curar a unos y dejar morir a otros. Le mostré la carta que acababa de recibir de un matrimonio joven, en la que me decían que habían recortado el artículo y conservado para cuando sus dos hijos pequeños fueran mayores. «Nosotros no somos creyentes, pero si nuestros hijos un día quisieran creer, nos gustaría que creyeran en ese Dios irreconciliable con el infierno», decían.

No sirvió de nada. Desde aquel día, además de la censura franquista, la Iglesia de Madrid me impuso otro censor para mi columna de Pueblo, que se titulaba Las cosas claras. Sobre aquel libro, nacido de aquel artículo y traducido hoy a 10 idiomas, dos señoras encopetadas, cuando volvía en tren de Asís, donde había sido publicado, mirando con recelo la portada, me preguntaron: «¿Ese libro es a favor o en contra?» «Eso depende, señoras», les respondí.

Cada vez que hoy me preguntan si creo que es mejor o no creer en Dios suelo responder que eso no tiene importancia, ya que si existiese Dios, lo importante sería que él creyera en nosotros, como me había dicho monseñor Romero, quizás en su última entrevista antes de ser asesinado a tiros mientras celebraba la Eucaristía.

¿Se es más feliz sin Dios? Depende, señores. Difícil sentirse libres y realizados con el Dios al que aman y adoran los dictadores -con los que, por cierto, la Iglesia siempre se ha entendido mejor que con los demócratas-; difícil con el Dios absolutista incompatible con la democracia o con el Dios que recela de la sexualidad.

Es difícil que las personas, jóvenes o adultas, no lleven dentro de sí la sombra de un Dios castrador, aquel del que en un colegio de religiosas la madre superiora había escrito en los retretes de las alumnas: «Dios te está mirando».

El famoso poeta brasileño João Cabral de Melo Neto, cuando estaba para morir, quiso hablar con un sacerdote de la Teología de la Liberación. Le confesó que era ateo, pero que en aquella hora final lo asaltaba el miedo de «aquel infierno del que me hablaban de niño en la Iglesia». El teólogo le dijo que, además de no existir el infierno, un poeta nunca tendría lugar en él. Aquel teólogo era Leonardo Boff, condenado al silencio por el entonces cardenal Ratzinger y hoy papa Benedicto XVI.

El Dios del miedo es el Dios que no merece existir. El miedo es argamasa humana, es el arma de todos los poderes de la Tierra, no tiene nada de divino. Es tirano. Solo la felicidad es liberadora. El miedo es usado y abusado por las Iglesias institucionales. Jesús nunca impuso miedos a los que le seguían. Se los quitaba. Él los tuvo también. Tuvo miedo de morir, sudó sangre ante la inminencia de su muerte, pidió explicaciones a Dios de por qué dejaba que lo mataran si era inocente. Y de él tuvieron miedo los hipócritas y los poderosos, nunca los arrinconados o indignados.

Aquel profeta tenía solo un pecado: no creía en el sufrimiento ni en el dolor ni en la muerte como armas de redención. No soportaba ver sufrir a nadie. No le gustaban los muertos y los resucitaba. Nunca pidió a sus apóstoles que hicieran ayunos y penitencias, ni que fueran héroes o vírgenes. Estaban todos casados, como él.

Y no fue un profeta fácil: exigió, con naturalidad, algo que nos parece locura: devolver bien por mal. Sabía que la felicidad -que era su única teología- se engendra en la paz y no en la guerra, en el perdón y no en la venganza.

¿Se vive mejor sin Dios? «Depende, señores». Sin el que ofrecen las iglesias que no te permite morirte en paz, ni hacer el amor sin que te espíe como un policía, se vive mejor. Se vive mejor sin el Dios que pretende adueñarse de lo más sagrado del ser humano: su libertad y su conciencia. Por lo menos, sin él, se vive sin menos miedos, que no es poco.

¿Y con el Dios en el que creía monseñor Romero cuando lo acribillaron a balas en el altar por defender a los pobres contra el poder, se vive mejor?, se preguntarán algunos. ¿Se vive mejor con el Dios que apuesta siempre por los que pierden, el Dios de aquel Jesús que no solo perdonó en la cruz a los que blasfemaban contra él, sino que hasta los excusó: «Perdónales, porque no saben lo que hacen», expresión máxima del amor supremo que no humilla ni cuando perdona?

Creo que como mejor se vive es siendo fiel a la voz de la conciencia, más severa que las leyes porque no es posible burlarla, y que constituye la única fuente de libertad. El cardenal Newman, convertido del protestantismo al catolicismo, fue un defensor del primado de la conciencia sobre la ley. En la Carta al Duque de Norfolk cuenta que, si se viera obligado a hacer un brindis, lo haría «primero a la conciencia y después al Papa». Newman tiene una frase que aún hoy, después de dos siglos, sigue poniendo los pelos de punta a la Iglesia y a los teólogos tradicionales: «Prefiero equivocarme siguiendo a mi conciencia, que acertar en contra de ella». La Iglesia defiende, al revés, que la conciencia debe ser antes formada. Por ella y con el miedo, claro.

¿Se vive mejor sin Dios? Depende. Quizás se tenga a veces la tentación de creer en alguien más que humano, capaz de exorcizar la crueldad que siembra de muertos inocentes el planeta, la que pisotea a los que no tienen poder, la que exalta a los aprovechados, la que discrimina a los diferentes, la que violenta a los niños, la que quiere imponer a su Dios, la que humilla a la libertad. Pero ese, ¿no será más bien el Dios de nuestros sueños?

Se podría vivir mejor solo con el Dios -si existiese- capaz de quitarnos a los mortales el miedo supremo de la muerte, sin la cual, curiosamente, dejarían de existir las religiones, como afirmaba Saramago. Se viviría mejor con el Dios que no nos prohibiese soñar. ¿Existe?

JUAN ARIAS

 

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4 respuestas a ¿Se vive mejor sin Dios?

  1. Alex dijo:

    Si nacieras Hebreo (Judio) serias Judio, si nacieras Catolico, Evangelico, Bautista, Testigo de Jehova, etc., sericas Cristiano, si nacieras Musulman serias Musulman, asi podriamos seguir…con otras religiones que faltan. Naces sin conciencia, pero tu entorno social, tu familia, tu sociedad, tus propias experiencias le dan forma a tu consciencia, a tu personalidad a tu ser…Antes de religion deberias ser capaz de pensar por ti, escudriñar y realmente tratar de comprender el por que sigues una religion…
    Quizas la religion no es el camino…y la fe si, como han comentado el vivir sin temor…si quereis, seguir los preceptos de lo moralmente correcto (no queria filosofar), hacer el bien si quereis…la decision deberia estar basada en el libre albedrio (religiosamente hablando) y no en una doctrina que muchos creen correcta sin saber por que…Se vive mejor sin Dios, para mi?? SI, si relamente existe…

  2. Francisco Aquino y Aquino dijo:

    Yo solo quiero señalar dos o tres puntos al respecto:
    1) El hombre creado vive con Dios y es feliz ( Antropología teologica) el pecado irrumpe y el hombre sin Dios, no tiene vida, está acabado, su vida no tiene meta,
    pero Dios le promete un salvador. Ya el hombre vive en la esperanza.
    Comienza un ciclo de acercamiento, de preparación para que a la culminación de los tiempos enviase a su HIjo (Jesucristo) para salvarnos o reconciliarnos con Dios a entender Padre, Hijo y E.S.
    2) La 1 de Juan nos dice que Dios es amor, esa es su esencia y en esa misma carta nos dice que él que permanece en el amor en Dios permanece y Dios en él. y en esa misma carta nos dice que donde existe el amor no ha lugar para el temor, y en esa misma carta nos dice: que el que ama de verdad no peca. En el evangelio de Jn en el cap 15 se nos habla de que nadie tiene amor mas grande, que el que da la vida por los amigos,
    Si hablamos del perdón es que se pasa, lo hace con amor, sabe muy bien el daño que nos hace el pecado y por eso dice : Padre perdonalos, no saben,,,, Mujer los que te querian apedrear ¿donde estan? pues tampoco yo te condeno. Vete y no peques más. Ese es DIOS amor, solo amor y no podemos predicar a un Dios que nos atemorice con un bieldo en la mano dispuesto a cortar cabezas y a vengarse de nosotros i
    Tenemos que vivir de la Eucaristía, de sentirnos hermanos, de cristificarnos y obrar como Jesús ayudando a todos haciendo siempre el bien.
    Tenemos que vivir de la oración de adoración al Señor, para identificarnos con él y comprender así al Serafico Padre que vio a todas las cosas creadas alabando al Señor o como Teres de Avila que repleta de amos nos dice: Vivo sin vivir en mi y tan alta vida espero que muero porque no muero». Hay que llenarse el corazón del amor de Dios para anunciar al mundo el evangelio del amor y ese evangelio, que es el de Jesús, convertir al mundo y solo lo haran los Santos y los misticos porque son los que comprenden que Dios es solo amor. Sin él nada podemos hacer. Por favor que el Dios malo no es el Dios de Jesús, que el Dios de la guerra no es el Dios de Jesús, que el Dios que se separa de los enfermos impuros y no los toca no es el Dios de Jesús. Que el Dios que quiere nuestra muerte no es el Dios de Jesús
    Lo demas, que si tantas muertes tendriamos que preguntarnos nosotros todos que culpa tenemos de que eso ocurra, la verdad es que mucha. La madre Teresa de Calcuta tiene un dibujo es la bola del mundo dividida en dos partes desigueles la menor es la parte superior y represnta a los ricos del mundo y encima de ello hay un cerdo con la boca abierta y las garras hacia la parte inferior (los pobres) queriendoselos tragar. San Agustin dice: que el que es ruico es porque es ladrón entonces ¿quien es el culpable de que mueran tantos de hambre?. ¿Quizas es Dios? NO porque él da su comida a tiempo y para todos. Decimos hay un terremoto y mueren tantos; X personas y enseguida sale ¿Por qué Dios permite esto? es que Dios puso todas las cosas en manos del hombre (sal 8) y porque los que estudian los terremotos y tienen señaladas las zonas peligrosas de la tierra dejan que en esos lugares los hombres principalmente los mas pobres hagan sus casa. ¿Es Dios el culpable? o nosotros que usando la libertad… En los paises hispanos es raro el año en que una lluvia intensa no sepulte a algun pueblo entero contruidos en laderas de montañas. ¿Es Dios el culpable? o es que la ciencia no sabe que eso es un peligro, pues claro que lo sabe, pero son los pobres y se diran ¿Que se hagan la casa? nosotros les sacamos el dinero y luego si algo ocurre las gentes le van a echar la culpa a Dios y así nos va con una minoria del mundo abusando de una gran mayoria empobrecida y de los empobrecidos salen los voluntarios para ayudar, consolar y remediar las necesidades, los ricos te diran que no tienen nada y encima creelos. Luego viene las ingenuidades que se nos ocurre: Nosotros sabemos que hay ciclos de lluvias y otros de sequia, pues bueno cuando llueve dejamos al agua ir al mar y la desperdiciamos. Luego en la sequia cuando nos falta el agua queremos sacar al Cristo a la calle para que llueva,nos falta agua. Jesús dira, si te mande agua abundante y la dejais irse al mar, que no la necesitaba. Es que no nos tomamos empeño en hacer mas pantanos y recoger toda el agua que necesitamos y luego la culpa de Dios. Estas cosas son inexplicables. No nos gusta la muerte y eso es verdad, pero porque no empezamos a criticar esos casi 150 mil abortos anuales en España, ¿esos también mueren por qué Dios quiere?
    ¿Sabeis esto por qué ocurre? la razón es facil: porque vivimos en un mundo que ha prescindido de Dios en su vida, las gentes se cree ser dios y claro su obrar está falto del amor de Dios y siembra lo que tiene en su corazón. S Pablo nos lo dice:odios, discordias, envidias, ansias de dinero, etc que tanto daño hace al mundo.
    Hagamos nosotros las veces de Cristo y cuando ese mundo de los ricos obre en contra de los pobres salgamos al encuntro de los pobres para consolar y si alguna vez el rico te necesita tanbién ve como Jesús fue a casa de Zaqueo y haz que deje de ser rico y se haga pobre y que vaya a vender todo lo que tiene se lo de a los pobres y siga al Señor, pues las riquezas son incompatibles con Jesus y con los demas hermanos,
    No no pasemos de sabios ¿Por que sabes tú que fulano o mengano por ser ingenuos y encima no saben que hacen que se van a condenar? si esas mismas cosas las haces tú dinos ¿Por que no te condenas a ti mismo? esto haria el Santo le rogaria a Dios que sea él el condenado y salve a los pecadores.

  3. Manolo corpas dijo:

    Primera vez que entro en nuestra web y me encuentro con este interesante artículo.
    Es complicado no estar de acuerdo con lo que en el comenta Juan Arias, escribe bien, ilvana bien las ideas, cree en un Dios fantástico, fuera de serie, sin un sí o un no, yo creo en ese Dios -existe-.
    La Iglesia comete muchos errores, no tengo duda de ello, pero Dios no ¿debemos culpar a Dios de todo cuanto acontece en la tierra?, El nos hizo libres, un don sagrado estoy de acuerdo con ello y por tanto, ¿no seremos los hombres culpables de todo , bueno o malo?. Dice que se vive mejor siendo fiel a la voz de la conciencia que no puede ser burlada, entiendo que nacemos sin conciencia y que esta se forma a lo largo de nuestra vida influenciada por el entorno, la religión, la cultura, las vivencias personales etc. yo diria que es personal e intransferible como el D.N.I.para mi existirian tantas conciencias como personas y además siempre se ha dicho que actuar en conciencia es super respetable en nuestra sociedad pero me pregunto ¿que conciencia es buena o mala, la de Hitler, la de Stalin, la del Cardenal Newman, la del Beato Fray Leoopoldo la de Juan Arias o la mia?
    No sé que pensar sobre esta opinión de este teólogo, sin duda su formación es superior a la mia, describe un Dios ajustado a sus sueños,a sus ideas a su conciencia, para el «depende» y al final hasta se pregunta ¿Existe?. Interesante pero algo interesado y demagogico y en todo caso un tema para tratar en una larga y distendida sobremesa.
    Un saludo.

  4. Francisco Corpas dijo:

    Me ha encantado, me ha cautivado tu artículo. Estoy tan impresionado que no puedo decirte nada de momento, debo asimilarlo, desmenuzarlo, disfrutarlo. Es posible que después te haga algún comentario. No quería leerlo, ya sabes, me parecía muy largo, las prisas, el poco tiempo…en los correos suelo borrar los que requieren tiempo para su lectura…pero empecé a leer en un párrafo, atrajo mi atención, y lo he leído dos veces, descubriendo infinitos detalles de mi interés cada una de las veces que lo he leído. Lo guardaré en archivo aparte, para disfrutarlo, meditarlo y recrearme cada vez que quiera acordarme y reconocer al Dios en el que siempre creí. Gracias. Un abrazo de Paco Corpas

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