DE CUAN GRACIOSA Y APACIBLE
ERA LA BELLEZA DE LA VIRGEN
¡Morena por el sol de la alegría,
mirada por la luz de la promesa,
jardín donde la sangre vuela y pesa;
inmaculada Tú, Virgen María!
¿Qué arroyo te ha enseñado la armonía
de tu paso sencillo, qué sorpresa
de vuelo arrepentido y nieve ilesa,
junta tus manos en el alba fría?
¿Qué viento turba el momento y lo conmueve?
Canta su gozo el alba desposada,
calma su angustia el mar, antiguo y bueno.
La Virgen, a mirarle no se atreve,
y el vuelo de su voz arrodillada
canta al Señor, que llora sobre el heno.
Luis Rosales
En la Natividad del Señor, mi felicitación con esta imagen de Andrea della Robbia y este soneto del poeta granadino, uno entre otros poemas que él dedica al Misterio del Dios nacido para nosotros. Me pareció oportuno unir la imagen y el poema por la placidez que encarnan ambos y habida cuenta de la necesidad de tal sosiego en la barahúnda de vocerío en que nos movemos, aquejados tantos por el dolor.
Que Jesús “ha nacido para todos” , y en las circunstancias que sabemos, quizás hiera los oídos prepotentes (?) de muchos, pero el hecho de la bondad del Padre Dios que nos entregó a su Hijo y la del hombre que lo recibe, representado en María, es ya una dicha y un gozo que nada ni nadie podrá arrebatarnos. Un abrazo.
Fr. Alfonso Ramírez Pedrajas
Estimados y queridos hermanos: Amor y Paz.
He estado repasando los meses desde sep/13 para atrás y me he encontra-
do con tantas bellas historias vividas y convividas con vosotros, hermanos.
Pero hubo una que creo, que a lo mejor, nadie desea recordar, pués casi to-
dos los cursos superiores con los postres de roscos, mantecados y otros
postres, quitados de las bocas, íbamos juntando para efectuar lo que en
el «mundo» exterior» se denominaba la fiesta de «final de año». Esperamos
a eso de las diez de la noche bajamos los «juntadores» de postres y los empe-
zamos a degustar. Al rato llegaron los Padres, dándonos un broncazo de to-
mo y lomo con su correspondientes castigos.
El rato lo pasamos bien y alegres, pero luego vinieron los llantos.
Iré recordando anécdotas, pocas a poco.
Abrazos de vuestro hermano, Angelín de Sevilla.
Gracias, amigo querido, por tu felicitación. Feliz Navidad y un Año Nuevo con Paz y Bien para toda nuestra familia capuchina. Un abrazo
Hermosa la imágen, hermoso el poema y hermosas tus palabras. Gracias, Alfonso, por haber cunjuntado todo ello en esta felicitación con la que nos regalas. ¡Que Dios te lo pague!. ¡Feliz Navidad a tí también!.
Un Abrazo.
Manolo «Zuheros».