En esta época veraniega, tradicionalmente considerada como tiempo de “recogida de la cosecha”, deseo a todos que hayáis tenido un buen verano.
En los días de julio, cuando los estudiantes realizaron los exámenes de final de curso y están disfrutando de tiempo de vacaciones, surgen en mi memoria recuerdos de nuestros días en el Seminario cuando, también a final de curso, preparábamos los exámenes intentando aprender en pocos días, temas de asignaturas que no se habían asimilado durante el curso escolar. Algunos compañeros que eran excelentes alumnos en los estudios (lumbreras), no tenían ese problema.
Pasados aquellos días de exámenes, disfrutábamos de una merienda-cena en el patio de las columnas, donde a través de un tocadiscos se escuchaba música de pasodobles, canciones de Renato Carosone, de la tuna, etc. El ambiente de aquel acontecimiento era bastante alegre, agradable y festivo.
Algún día después, nos dirigíamos al cuarto de las maletas para preparar la ropa y enseres personales que teníamos que llevar para las vacaciones. Seguidamente emprendíamos el viaje en aquellos antiguos y ruidosos trenes de vapor con el aire acondicionado que proporcionaban las ventanas, o también en lentos autobuses que circulaban sobre pésimas carreteras, y que nos llevaban a los pueblos o ciudades donde residían nuestras familias.
Deseando lo mejor para todos y con un fraternal abrazo de Paz y Bien,
José Fernández Morenilla.
Amigo y compañero José: gracias por tu relato en el que describes a la perfección los finales de curso en el Seminario y los preparativos pre-vacacionales. Nos hace añorar tiempos y vivencias entrañables para todos nosotros.
José Manuel Chacón Mora de Níjar.
Has hecho un relato muy bien acertado sobre aquellos días de finales de curso recordando detalles que me han llenado de nostalgia y sentimiento. Un abrazo