En estos dias, el bello pueblo de Olopa (Chiquimula.- Guatemala) está celebrando la fiesta de la Divina Pastora y al mismo tiempo, desde el pasado viernes, disfruta de su feria y fiestas patronales. Aunque la mayoría de nuestros lectores desconocen el porqué de la devoción a la Madre del Buen Pastor y los motivos por lo que es tan importante en la corta historia del municipio de Olopa.
Corría el año 1862. Nuestros Hermanos Capuchinos, residentes en la Iglesia del Calvario, Chiquimula, fueron invitados a misionar en el valle de Olopa. Dicha misión le fue encomendada a dos hermanos de dicha comunidad: el Padre Esteban de Adoáin y el Padre Bernardino de Igualada. Fueron tantísimas las personas que acudieron a escuchar a los misioneros que el Padre Esteban, emocionado, invitó a los vecinos a edificar una sencilla ermita, dedicada a la Madre del Buen Pastor. Fue el mismo misionero el que se encargó de conseguir la primera imagen que sería venerada en el sencillo santuario, edificado por los buenos cristianos.
Muy pronto aumentaron las peregrinaciones para venerar a la Madre del Buen Pastor. Se multiplicaron la construcción de casas, tiendas, mercados de animales y de productos de la zona: café, cereales, bananos… y la población de la hasta ahora aldea de Olopa, dependiente del municipio de Chiquimula, en el año 1970, ante el asombroso aumento de la población, fue declarado municipio con plena autonomía.
Gracias a la misión de los dos frailes capuchinos, y ante la brillante idea del Padre Esteban de obsequiarles con una imagen de la Divina Pastora, nació este bello municipio que hoy sigue bajo la protección de la imagen de la Madre el Buen Pastor.
Para mí fue muy emotivo y de gratos recuerdos el homenaje que me ofreció la Municipalidad de Olopa, como agradecimiento al apoyo social que desde Paz y Bien ofrecemos a los habitantes más necesitados.
Imágenes del emotivo homenaje celebrado el pasado viernes. Como fraile capuchino que soy, en todo momento pensé en mis hermanos del pasado, y por supuesto en los que en la actualidad trabajan por llevar el mensaje de salvación a los hombres de buena voluntad.
Fr. Rafael Pozo Bascón.
Gracias, P.Pozo, por esta información que todos desconocíamos y por esa visita para animar a los habitantes de Olopa-Chiquimula, en donde se conservan tantos buenos recuerdos de los capuchinos de entonces y su buena labor posterior, pues Pozo permaneció misionando en Guatemala por lo menos tres años.
Un abrazo