Nació en Sigmaringa (Suabia, Alemania) el año 1578, en tiempos agitados por la Reforma protestante. Fue un joven de vida intachable, que estudió filosofía y derecho en Friburgo de Brisgovia con excelentes resultados. Ejerció luego la abogacía con tal amor a la justicia y a los más indefensos, que le dieron el sobrenombre de «abogado de los pobres». En 1612 recibió la ordenación sacerdotal y poco después ingresó en los capuchinos. Fue un predicador incansable entre los católicos y los hermanos separados en los diversos cantones de Suiza y Suabia. Por su gran actividad misionera, la Congregación de la Propagación de la Fe, recién creada, le encargó fortalecer la fe católica en Suiza. Los herejes se conjuraron para acabar con su vida y lo asesinaron el 24 de abril de 1622 en Seewis (Suiza), donde lo habían invitado a predicar. Lo canonizó Benedicto XIV en 1746.
– Oración: Señor Dios, que te has dignado conceder la palma del martirio a san Fidel de Sigmaringa cuando, abrasado en tu amor, se entregaba a la propagación de la fe, concédenos, te rogamos, que arraigados, como él, en el amor, lleguemos a conocer el poder de la resurrección de Jesucristo. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.