—El marxismo es la máxima forma de la patología mental—había sentenciado el coronel Antonio Vallejo Nájera, psiquiatra supremo en la España del generalísimo Francisco Franco.
Él había estudiado, en las cárceles, a las madres republicanas, y había comprobado que tenían instintos criminales.
Para defender la pureza de la raza ibérica, amenazada por la degeneración marxista y la criminalidad materna, miles de niños recién nacidos o de muy corta edad, hijos de padres republicanos, fueron secuestrados y arrojados a los brazos de las familias devotas de la cruz y de la espada.
¿Quiénes fueron esos niños? ¿Quiénes son, tantos años después?
No se sabe.
La dictadura franquista inventó documentos falsos, que les borraron las huellas, y dictó orden de olvidar: robó los niños y robó la memoria.
(Eduardo Galeano, “Los hijos de los días”, pag. 63. Ed. Siglo XXI de España Editores, S.A. 2012)