Hace unos días me llegó el ejemplar de “El Adalid Seráfico” correspondiente a Noviembre-Diciembre de 2012.
Cuando comencé a leerlo, me llevé dos alegrías enormes:
1ª.- El editorial titulado ¡Feliz Navidad, con buey y mula! y el hermoso artículo que el actual Papa había dedicado al tema en su etapa de profesor. Artículo que yo desconocía.
2ª.- El ver publicada la preciosa poesía de nuestro querido Ildefonso de Córdoba, “La oración de los hijos”.
Mi primera alegría, tiene sus motivos. Cuando el Papa Benedicto XVI, publicó su libro “La infancia de Jesús”, leí en prensa y escuché por radio que el Santo Padre afirmaba que, en el Nacimiento no hubo, ni mula, ni buey y que cabía la posibilidad de que los Reyes (Magos) fueran andaluces. He de confesar que atendiendo a tales noticias periodísticas, craso error por mi parte, comenté para mis adentros, sin ningún respeto: “¿No tendría el Papa tema más interesante que tratar, ni comentario más importante y oportuno que hacer?”.
Al cabo de dos o tres días, tuvo que ser un protestante declarado, D. César Vidal, quien manifestara, en un programa de radio, que, tras leer el libro del Benedicto XVI, no encontraba sitio alguno donde se afirmaran tales cosas. No leí, ni oí, ninguna voz del ámbito de la Iglesia que se alzara en defensa del Pontífice. Lo que sí me propuse entonces fue adquirir el libro. Mi querida mujer, Carmen, al conocer mi interés, intentó conseguirlo, pero estaba agotado. Por fin, logró regalármelo en Navidad.
Estaba leyéndolo cuando recibí “El Adalid Seráfico” y de ahí mi alegría al comprobar que nuestra revista se hacía eco del tema y se unía a la tesis del buen protestante, reforzándola con el antiguo artículo del Papa. Yo he podido comprobar, con la lectura del libro, que no son ciertas ninguna de las dos noticias que dieron en prensa y radio (se puede corroborar en el libro, leyendo sus págs. 74, 75 y 76 –para el buey y la mula – y págs. 101, 102 – para el tema de los Magos). Sin embargo, ambos infundios “vendían”, que era de lo que se trataba. Recomiendo a todos la lectura de “El Adalid”.
La segunda alegría también está bien motivada. La poesía de Ildefonso me transportó al momento del VI encuentro de Antiguos Alumnos, en el que nos deleitó con su lectura desde el altar mayor. Esa magnífica poesía, yo la he recitado cientos de veces, porque me encantó y, allá por el año 1959, la copié de nuestro “Sputnik” y aún la conservo. Tan de mi agrado es, que puedo recitarla de memoria.
Estas dos cosas reviven algo que tengo en mente desde el mencionado encuentro en Antequera: La revista contribuye a mantener en nosotros el espíritu franciscano, por lo que animo a todos a su lectura, y este blog hay que “menearlo”, cada día más, con participación generalizada. A ello, sin duda contribuiría algo que, el último día del citado encuentro comenté con Baldomero Maya, José Manuel Chacón y sus mujeres: que nuestras damas, cuya integración en el grupo me pareció admirable, se animen a participar en este medio. Contando experiencias propias. Relatando amistades que se hayan consolidado en los encuentros. Ensalzando nuestras cualidades (es broma y, sin duda, muy presuntuoso por mi parte). Intercambiando recetas, si les place, etc. ¡Anímense señoras!. Y, ya que tanto nos habéis ayudado a lo largo de nuestras vidas, seguid haciéndolo ahora. Si vosotras os metéis en este “ajo”, seguro que perdurará.
Gracias a la revista y gracias a Ildefonso.
Un fuerte abrazo para todos.
Manolo “Zuheros”.
Gracias, amigo Otura, por tus elogiosas líneas llenas de cariño. En tu comentario, me das datos que yo no recordaba. Sabía lo del Sputnik, pero lo que tú me indicas (Año I, número 15) se me había olvidado. Demuestras que eras un seráfico verdaderamente detallista. Tu comentario te lo agradezco y me va a dar pié a un comentario más extenso sobre el Suptnik, que voy a incluir aparte en nuestro Anecdotario. Un abrazo
Amigo Manolo «Zuheros»: He quedado gratamente sorprendido leyendo tu comentario, referente a la poesía de Ildefonso «La oración de los hijos».
Hace 53 años, que no son nada, cuando delante del tablón donde se «editaba» nuestra revista Sputnik, pude leer y admirar estos versos, cogí una libreta en el pupitre que tenía asignado, en la que solía escribir poesias de Lope de Vega, Góngora, Rubén Dario, etc. y copié en ella «La oración de los hijos» que, lo mismo que tú, aún conservo.
Como también comentan los amigos Juan Luis Torres y José Manuel Chacón, se trata de una poesía inolvidable, que no se cansa uno de leer.
Al final del último verso, puse la siguiente: Autor, Hº Ildefonso de Córdoba (5 curso
Esta poesía la publicó el autor con motivo de la festividad de la Inmaculada Concepción, y fué «lanzada» al espacio de la belleza y el amor en el Sputnik del día 8-12-1959. Año II- Nº 15.
Un fraternal abrazo a todos.
Cuando hice esos versos fué por satisfacción propia y para lucirlos en poco en la revista Suptnik Seráfico de la que fui el primer director. Y os comento que, como el P. Eugenio de Sevilla (nuestro anterior profesor de Literatura y poeta magnífico) ya había salido de Antequera para su destino de Sanlúcar, nadie me asesoró ni me movió una palabra del mismo. Tampoco nadie me los elogió a nivel de profesores, quizás para no fomentar mi vanidad. Pero nunca pensé que Juan Luis Torres, Manuel R.Rey «El Nevera» y Manolo Poyato se pudieran sentir tan impactados como para recordarlos desde entonces de por vida.
Un abrazo
Como socio del Adalid, desde siempre estoy al tanto de todas las noticias que se publican y, en el nº de este mes, tenemos la pequeña polémica creada sobre la mula y el buey del portal que, dicho sea de paso, mi primer pensamiento fue pensar que nuestro Papa pudiera haberse metido en un berenjenal, que no tenía mucho sentido pero, una vez aclarado, todos contentos.
El segundo, no puede ser otro que la poesía de nuestro entrañable Ildefonso, que además de haber tenido la gentileza de mandármela para poderla editar en el foro de mi pueblo, en el aniversario del fallecimiento de mi madre, para mí la conservaré siempre como un tesoro y cada vez que la leo, que son muchas, no hay quien me evite un nudo en la garganta, pero así y todo le doy nuevamente las gracias por deleitarnos con su magnifica obra de arte. Gracias amigo y mi saludo cordial a todos los compañeros.
Envío un fraternal y cariñoso saludo a Manolo Poyato y coincido con él en su escrito sobre el último » Adalid Seráfico «. La lectura de sus artículos respecto al buey y la mula también me han ayudado a disipar mis dudas.
No me canso de leer la poesía de Ildefonso que también ha sido publicada en dicha revista. Cierto es que la inspiración le llegó en el momento oportuno para crear esa obra de arte dedicada a las madres.
También comparto con Manolo la idea de que nuestras esposas se mojen y compartan estas páginas del blog. Echamos de menos su experiencia,elegancia femenina y su saber estar.
José Manuel Chacón Mora de Níjar.