San Fernando de Cádiz en el recuerdo; ciudad donde residí varios años por motivos de trabajo en la Compañía Telefónica de España.
Paseando por sus calles y visitando algunos históricos edificios supe, que en siglos pasados, ilustres marinos españoles vivieron en aquella localidad y que en sus travesías a través de los océanos, conocieron terribles tempestades, enfermedades, quimeras, éxitos y fracasos. También dejaron su huella histórica en dicha población, activos y valerosos diputados del siglo XIX que soñaron una sociedad más libre y justa.
Alguna vez, acudí al puerto marítimo de Cádiz para ver zarpar el buque escuela Juan Sebastián Elcano. Contemplando aquel magnífico espectáculo, me propuse realizar como aficionado a la pintura, una composición pictórica de dicho evento; cuya imagen os dedico con todo mi mejor afecto.
En la época estival, cuando para mitigar el calor frecuentaba las playas gaditanas, en alguna ocasión rememoré la alberca del Seminario, cuya función era regar la huerta, y donde nos permitían bañarnos en verano entre alegres zambullidas, chapoteos e intentos de nadar.
Con estos recuerdos de San Fernando y Cádiz, os deseo buen verano y envío a todos un saludo fraternal de Paz y Bien.
José Fernández Morenilla. (Otura).
José Manuel, Paco, Manolo, Ildefonso: gracias por vuestros estimados comentarios sobre este relato y la imagen que lo acompaña. Vuestras amables frases me dan más ánimo para coger los pinceles y seguir pintando, al mismo tiempo que van restableciendo la comunicación y vivencias que mantuvimos ayer (hace alrededor de 50 años).
También, gracias por compartir alegres recuerdos de nuestra infancia y juventud. A propósito de la adolescencia, surge en mi memoria la primera vez que me afeité las cuatro pelusillas que me brotaron en la cara; fué en el Seminario y creo que había cumplido 13 años. Mis compañeros de curso más pequeños, cuando pasaban por la sala de aseos y observaban que me estaba rasurando, me miraban con inusitado asombro. Esta actitud me producía la sensación de que me estaba convirtiendo en una persona adulta y les mostraba cierta indiferencia, sintiéndome como el hermano mayor de todos ellos. Después, cuando terminaba el pequeño teatro del afeitado y todo volvía a la normalidad, las clases, los recreos etc., comprendiamos que todos íbamos creciendo al compás del tiempo, tanto intelectual como físicamente en un prodigioso y magnífico lugar de Antequera.
Con un fraternal saludo para todos, José Fernández Morenilla.
Querido amigo Otura: Me agrada mucho comprobar las buenas cualidades pictóricas que posees y tu muy buena capacidad narrativa. Leyendo tu relato me haces revivir mis recuerdos sobre las tierras gaditanas, en las que habité 5 años (1 en Sanlúcar y 4 en Jerez)
y también me transportas del mar gaditano a la alberca antequerana de nuestra lejana adolescencia. Enhorabuena. Un abrazo
Me gusta mucho, José, tu cuadro del Juan Sebastián Elcano, surcando la bahía y con Cádiz al fondo. Gracias por mostrárnoslo y enhorabuena.
Al recordarnos la alberca de nuestro seminario de Antequera, me han venido a la memoria, si no estoy equivocado, los servicios que había frente a la misma, según se entraba desde el patio de los mayores, a mano izquierda. No puedo precisar en qué curso, pero lo cierto es que tuve un desprendimiento de la rótula derecha y hubieron de enyesarme la pierna durante bastantes días. Como en los recreos no estaba permitido leer y yo, en aquel estado, no podía jugar a balón cesto o balón volea, menos aún al fútbol, me escondía un libro entre el hábito o la ropa que llevara y me pasaba los recreos leyendo en tales servicios. Entonces comenzó mi afición a la lectura.
Perdonad las «batallitas», pero ya vamos siendo viejos y, por tanto, dados a ellas.
Buenos días José:
Encantado de conocer tu nombre y apellidos a los que ponerle cara. En cualquier caso, para mi, in illo tempore, aquella cara simpática y siempre sonriente que recuerdo, es la de «Otura», en adelante, la de José Fernández Morenilla, de Otura.
Espero que nos veamos este año en Antequera.
Tras esta introducción a modo de saludo, lo que más me ha llamado la atención de tu artículo-mensaje, además de evocar recuerdos que compartimos con Chacón, es el estilo, la forma de ver las cosas, desde una perspectiva global que trasciende a su simple imagen y a su significado básico, convirtiéndolas en motivo de reflexión.
Esta apreciación me lleva a preguntarme si este espíritu analítico, inquisitivo y reflexivo nos lo inculcaron en el colegio o si ya lo traíamos de serie como los coches el GPS.
Lo cierto es que sea lo primero o lo segundo, una vez más, reconozco que mi paso por el colegio fue decisivo para ser lo que somos, y nos sirvió unos sólidos cimientos que nos han permitido crecer como personas sensibles, responsables y libres, en general, además de otras virtudes y habilidades a nivel individual.
Un abrazo.
Paco Corpas 1764
Preciosa la imagen marinera del Juan Sebastián Elcano con sus velas desplegadas,surcando las aguas de la bahía de Cádiz. Conseguiste la instantánea perfecta. José: te animo a que escribas más sobre tus vivencias del Seminario porque nos traen recuerdos entrañables como los de la alberca. Un fuerte abrazo.
José Manuel Chacón Mora de Níjar.