El eclipse de la Etica en la actualidad

Es necesario enraizar en aquellos valores específicamente humanos para que todos puedan asumir una nueva ética donde primen el cuidado, la solidaridad, la responsabilidad universal y la justicia

Entre el 10 y el 13 de julio de 2018 se celebró en Belo Horizonte un congreso internacional organizado por la Sociedad de Teología y Ciencias de la Religión (SOTER) en torno a los temas religión, ética y política. Las exposiciones fueron de gran actualidad y de nivel superior. Voy a referirme solamente a la discusión sobre El eclipse de la ética que me tocó introducir.

A mi modo de ver, dos factores han alcanzado el corazón de la ética: el proceso de globalización y la mercantilización de la sociedad.

La globalización ha mostrado los diferentes tipos de ética, según las diferencias culturales. Se ha relativizado la ética occidental, una entre tantas. Las grandes culturas de Oriente y las de los pueblos originarios han revelado que podemos ser éticos de forma muy diferente.

Por ejemplo, la cultura maya centra todo en el corazón, ya que todas las cosas nacieron del amor de los dos grandes corazones del Cielo y de la Tierra. El ideal ético es crear en todas las personas corazones sensibles, justos, transparentes y verdaderos. O la ética del “bien vivir y convivir” de los andinos, asentada en el equilibrio de todas las cosas, entre los humanos, con la naturaleza y con el universo.

Tal pluralidad de caminos éticos ha tenido como consecuencia una relativización generalizada. Sabemos que la ley y el orden, valores de la práctica ética fundamental, son los prerrequisitos para cualquier civilización en cualquier parte del mundo. Lo que observamos es que la humanidad está cediendo ante la barbarie rumbo a una verdadera era mundial de las tinieblas, tal es el descalabro ético que estamos viendo.

La economía especulativa dicta los rumbos de la política y de la sociedad actual como un todo

Poco antes de morir en 2017, advertía el pensador Sigmund Bauman: “O la humanidad se da las manos para salvarnos juntos o, si no, engrosaremos el cortejo de los que caminan rumbo al abismo”. ¿Cuál es la ética que nos podrá orientar como humanidad viviendo en la misma casa común? El segundo gran impedimento a la ética es la mercantilización de la sociedad, lo que Karl Polanyi llamaba ya en 1944 “la gran transformación”. Es el fenómeno del paso de una economía de mercado a una sociedad puramente de mercado. Todo se transforma en mercancía, cosa ya prevista por Karl Marx en su texto La miseria de la filosofía de 1848, cuando se refería al tiempo en el que las cosas más sagradas como la verdad y la conciencia serían llevadas al mercado; sería el “tiempo de la gran corrupción y de la venalidad universal”. Pues estamos viviendo ese tiempo. La economía, especialmente la especulativa, dicta los rumbos de la política y de la sociedad como un todo. La competición es su marca registrada y la solidaridad prácticamente ha desaparecido.

¿Cuál es el ideal ético de este tipo de sociedad? La capacidad de acumulación ilimitada y de consumo sin límites, que genera una gran división entre un pequeñísimo grupo que controla gran parte de la economía mundial y las mayorías excluidas y hundidas en el hambre y la miseria. Aquí se revelan rasgos de barbarie y de crueldad como pocas veces en la historia.

Tenemos que volver a fundar una ética que se enraíce en aquello que es específico nuestro como humanos y que, por eso, sea universal y pueda ser asumida por todos.

Estimo que en primerísimo lugar está la ética del cuidado, que según la fábula 220 del esclavo Higinio, bien interpretada por Martin Heidegger en Ser y tiempo, constituye el sustrato ontológico del ser humano, aquel conjunto de factores sin los cuales jamás surgirían el ser humano y otros seres vivos. Por pertenecer el cuidado a la esencia de lo humano, todos pueden vivirlo y darle formas concretas, conforme a sus culturas. El cuidado presupone una relación amigable y amorosa con la realidad, de mano extendida para la solidaridad y no de puño cerrado para la dominación. En el centro del cuidado está la vida. La civilización deberá ser biocentrada.

Otro dato de nuestra esencia humana es la solidaridad y la ética que de ella se deriva. Sabemos hoy por la bioantropología que fue la solidaridad de nuestros ancestros antropoides la que permitió dar el salto de la animalidad a la humanidad. Buscaban los alimentos y los consumían solidariamente. Todos vivimos porque existió y existe un mínimo de solidaridad, comenzando por la familia. Lo que fue fundacional ayer, lo sigue siendo todavía hoy.

Las culturas de Oriente y los pueblos originarios han revelado que podemos ser éticos de forma muy diferente

Otro camino ético ligado a nuestra estricta humanidad es la ética de la responsabilidad universal: o asumimos juntos responsablemente el destino de nuestra casa común o vamos a recorrer un camino sin retorno. Somos responsables de la sostenibilidad de Gaia y de sus ecosistemas para que podamos seguir viviendo junto con toda la comunidad de vida.

El filósofo Hans Jonas que fue el primero en elaborar El principio de responsabilidad, le agregó la importancia del miedo colectivo. Cuando este surge y los humanos empiezan a darse cuenta de que pueden conocer un fin trágico e incluso llegar a desaparecer como especie, irrumpe un miedo ancestral que los lleva a una ética de supervivencia. El presupuesto inconsciente es que el valor de la vida está por encima de cualquier otro valor cultural, religioso o económico.

Por último, es importante rescatar la ética de la justicia para todos. La justicia es el derecho mínimo que tributamos al otro de que pueda continuar existiendo y recibiendo lo que le toca como persona. Las instituciones especialmente deben ser justas y equitativas para evitar los privilegios y las exclusiones sociales que tantas víctimas producen, particularmente en nuestro país (Brasil), uno de los más desiguales, es decir, más injustos del mundo. De ahí se explica el odio y las discriminaciones que desgarran a la sociedad, venidos no del pueblo sino de las élites adineradas, que siempre viven del privilegio y no aceptan que los pobres puedan subir un peldaño en la escala social. Actualmente, vivimos bajo un régimen de excepción en el que tanto la Constitución como las leyes son pisoteadas mediante el Lawfare (la interpretación distorsionada de la ley que el juez practica para perjudicar al acusado).

La justicia no vale solo entre los humanos sino también con la naturaleza y con la Tierra, que son portadoras de derechos y por eso deben ser incluidas en nuestro concepto de democracia socioecológica.

Estos son algunos parámetros mínimos para una ética válida para cada pueblo y para la humanidad, reunida en la casa común. Debemos incorporar una ética de la sobriedad compartida para lograr lo que decía Xi Jinping, jefe supremo de China: “Una sociedad moderadamente abastecida”. Esto significa un ideal mínimo y alcanzable. En caso contrario, podremos conocer un armagedón social y ecológico.

Leonardo Boff es teólogo. Es autor de Cómo cuidar de la casa común (Vozes).  Publicado el 1 Agosto 2018

Traducción de María José Gavito Milano.

Publicado en “El Pais“ el 28 de Septiembre.

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XII ENCUENTRO DE LA ASOCIACIÓN FRANCISCO DE ASIS. GRANADA 14-15 DE OCTUBRE DE 2018

Un año más la Asociación de Antiguos Alumnos celebró su Encuentro anual el pasado día 15 en el Convento de Granada. Al mismo acudieron aproximadamente unas 70 personas.

Como todos los celebrados hasta ahora, ( éste era el XII), fue un emotivo y fraternal reencuentro entre antiguos compañeros  donde el dominador común era la  fraternidad franciscana iniciada bastantes décadas atrás en el Seminario de Antequera.

Sentimos profundamente el que muchos compañeros por diversas circunstancias familiares no pudieran acudir a esta cita fraternal.

Al llegar al Convento de Capuchinos, los lógicos y fraternales abrazos entre todos los asistentes al Encuentro, (todos nos consideramos una familia), y la bienvenida por parte de toda la Comunidad Conventual de Granada.

La Asamblea comienza con un breve retraso al tener que esperar a unos compañeros que viajaban desde Córdoba. Toma la palabra el Presidente, (Antonio Sancho Pedreño), para iniciar el acto y, seguidamente, toma la palabra al Padre Guardián del Convento, (Fray Francisco Luzón), el cual nos da una cariñosa bienvenida y nos agradece nuestra presencia en el Convento con unas emotivas palabras. Siguiendo la programación establecida, nuestro querido Presidente expone la obligatoriedad de elegir una nueva  Junta Directiva, que por imperativo legal, debe hacerse cada cuatro años y la Asamblea le ratifica en su cargo al igual que a su Junta Directiva, contando con todo el apoyo de los allí presentes.

Se designa como sede para el XIII Encuentro el Convento de Antequera y la fecha,  la segunda semana de Noviembre de 2019. Se cree que en esta fecha haya mayor disponibilidad de los compañeros para poder asistir.

El compañero Ildefonso Jiménez Ramos interviene en el acto con una disertación sobre » La familia «, en la que hace un breve recorrido de la misma a través de la historia de la humanidad, terminando en el problema mundial que asola las familias en la actualidad como son los divorcios, separaciones, etc. Todos los allí asistentes disfrutamos de su exposición y le felicitamos por su acierto en la exposición de un tema tan complicado en el mundo actual.

No se pudo hacer grupos de trabajo porque el tiempo se nos echaba encima, pero  entre los asistentes hubo magníficas e importantes intervenciones al tema: » Huella de los Padres Capuchinos en tu vida”, liderada por el compañero Antonio Granados.

Con las palabras de Fray Diego Díaz Guerrero, (Director Espiritual), se dio por finalizada la Asamblea del XII Encuentro.

La Eucaristía se celebró en la Cripta del Beato Fray Leopoldo de Alpandeire y, durante la misma, nos acordamos de los compañeros fallecidos  últimamente, (Fray Miguel de Sanlúcar, Fray Miguel de Cantillana, José Sánchez Pires, José Estepa Barrera,  Antonio Arellano, Luís Rodríguez y José A. Cuesta Hurtado). Descansen en Paz.

Al finalizar la Eucaristía el compañero Antonio Ruano hizo entrega a la Asociación de un magnífico cuadro de la «Divina Pastora «, del cual es su autor y que se podrá visitar en el Convento granadino.

En Cogollos Vega visitamos una magnífica exposición del mismo compañero del que podemos decir que es un magnífico retratista que cuida la expresión del rostro con sumo detalle.

La comida de hermandad se celebró en el Restaurante de Cogollos Vega » Catacena» , la cual se desarrolló de una forma distendida y relajada, a la que asistió el Sr. Alcalde de Cogollos Vega acompañado de una concejal. Al finalizar la misma, nos trasladamos a Granada dando por concluida la jornada.

Al día siguiente los compañeros que quedaron, se reunieron de nuevo celebrando la Eucaristía en el Convento de Granada, asistiendo más tarde a una visita guiada al Monasterio de San Jerónimo y finalizando con un almuerzo en el Restaurante » Centro de Granada » en Plaza Bib-Rambla.

Mucho ánimo a nuestro compañero Ignacio Infante por el percance sufrido en Riofrío cuando viajaba hacia Granada para asistir al Encuentro. Aún tuvo la entereza suficiente para estar entre nosotros.

Nuestro agradecimiento a la Comunidad Conventual de Granada por el trato recibido y por la fraternidad con la que nos trataron.

¡Animamos a todos los compañeros y a sus respectivas esposas a la asistencia al XIII Encuentro en Antequera en el próximo mes de Noviembre de 2019!

José Manuel Chacón Mora

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In memoriam Fray Miguel de Sanlúcar de Barrameda

Fray Miguel de Sanlúcar (Miguel Salmoral Nieto) nació en Sanlúcar de Barrameda el 7 de septiembre de 1934, hijo de familia numerosa. Los primeros estudios los realizó en su ciudad natal, y el bachiller como alumno interno en el Colegio de los PP. Escolapios de Sevilla. El espíritu calasancio de desarrollar a la persona completa, espíritu, cultura y cuerpo, caló profundamente en él de manera que siempre vivió abierto a esas tres dimensiones.

A los diecisiete años ingresa en nuestro noviciado de Sanlúcar, profesando a los dieciocho para trasladarse a Sevilla a estudiar Filosofía y Teología en nuestro convento de la Ronda de Capuchinos. Tuvo la suerte de tener como director del Colegio Mayor al P. Timoteo de Pistoia, que trajo de Italia aires nuevos, los aires que más adelante llegarían a cristalizar en el Concilio Vaticano II. En 1958 fue ordenado de presbítero.

Del joven P. Miguel se recuerdan sus aficiones deportivas: futbol y natación. Como aventurado nadador cruzó varias veces el Guadalquivir desde Sanlúcar al Parque Nacional de Doñana. Hay que advertir que es una proeza demasiado peligrosa pues hace falta un estudio previo de la marea, una destreza para atravesar la parte central del delta, que llaman “el canal”, y el acompañamiento de un equipo de salvamento en una barca de socorro. Nuestro valiente Miguel lo hizo sin estos requisitos que hoy son completamente obligatorios.

Fue un lúcido estudiante y un brillante profesor en nuestro colegio mayor y seráfico. En los estudios filosóficos impartió la asignatura de Cosmología, siempre con una visión actualizada; y en el Colegio Seráfico se hizo cargo de asignaturas de ciencias. Para sus alumnos el P. Miguelito además de competente era ameno, simpático y cercano. Y hay que recordar su especialidad: el inglés. Poseía un sentido pedagógico para enseñar el idioma y una dicción perfecta.

Como fraile inquieto, constar en su breve biografía su etapa de “cura obrero”, con experiencias diversas que lo desencantaron de este tipo de pastoral.

Fue nombrado superior de Antequera varias veces y director del Colegio Seráfico en la última etapa de su historia. Elegido definidor en algunos capítulos provinciales y Vicario provincial. Sus homilías, profundas y muy actuales estaban revestidas de un algo poético que gustaba a los fieles y merecieron publicarse en “El Adalid Seráfico”, (cuando él olvidaba en el ambón el texto).

La última etapa de su vida la pasó en Jerez de la Frontera; y en la enfermedad de sus últimos años, cuidado por Fray Antonio Ruiz de Castroviejo. Murió en el mes de Diciembre pasado en Granada, adonde habìa sido trasladado, tras dos años de larga enfermedad, para que fuese atendido debidamente en la Nueva Residencia Fray Leopoldo.

Descanse en la paz del Señor.

Fray Fernando Linares

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In memoriam Fray Miguel de Cantillana

Fray Miguel de Cantillana (Miguel de las Heras Burgos): “pastoreño”  de pura cepa (ser “pastoreño” en Cantillana (Sevilla) no es solamente pertenecer a la Hermandad de la Divina Pastora como sociedad de fieles, es mucho más: es devoción, identidad social, tradiciones, cultura y pasión. La pasión por la Pastora divina a lo largo de todo el año).

¿Por qué capuchino? ¿Por su devoción a la Divina Pastora? Sobre todo por esa devoción, pero además porque un día oyó la predicación de un capuchino, el P. Serafín de Ausejo, en una ocasión singular: el traslado de los restos del gran místico franciscano Fray Bernardino de Laredo a la iglesia parroquial de Cantillana.

El joven de 18 años Miguel de las Heras que escuchaba atento el panegírico, se decidió a hablar con el fraile…y todo vino rodado, unos meses después ya era postulante en Sanlúcar de Barrameda.

Dos años de postulantado, y sigue nuestro joven en Sanlúcar un año de noviciado con el austero P. Pedro de Málaga (1957); profesión temporal (1958) y lo trasladan a Sevilla donde emite en 1961 la profesión perpetua. Desde entonces Fray Miguel recorre los conventos de la Provincia como hortelano, cocinero, sacristán y enfermero.

Fray Miguel de Cantillana vivió en nuestro convento de Jerez, su último destino, cuidado por Fray Antonio Castroviejo, y murió en el nuevo Hogar de Fray Leopoldo de Granada.

Sus familiares, como era de esperar, se llevaron sus restos mortales para darles sepultura muy cerca de su Divina Pastora.

Fray Fernando Linares

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Santa Clara de Asís

Nació en Asís (Italia) el año 1193 en el seno de una familia noble. Cuando san Francisco se convirtió a Dios y empezó a predicar, Clara lo escuchaba a gusto y se entrevistaba con él en secreto. La noche del Domingo de Ramos de 1211 ó 1212, Clara abandonó la casa paterna y se consagró a Dios en la Porciúncula en manos de Francisco. Acto seguido la acompañaron al monasterio de benedictinas de San Pablo de Bastia, de donde pasó más tarde a la iglesia del Santo Ángel de Panzo y luego a San Damián. Pronto la siguieron otras jóvenes, y con ellas, bajo la guía de Francisco, se formó en San Damián, a las afueras de Asís, la comunidad que se convertiría en la Orden de las Clarisas. Allí vivió Clara encerrada, en pobreza, oración y caridad, más de cuarenta años, gran parte de los cuales estuvo postrada en cama. Fue la madre y formadora, con su ejemplo y su palabra, de una gran familia monástica, parte esencial del carisma franciscano. La víspera de su muerte tuvo la alegría de ver aprobada por el Papa su Regla propia. Murió en San Damián el 11 de agosto de 1253, y la canonizó Alejandro IV el 15 de agosto de 1255.

Oración: Oh Dios, que infundiste en santa Clara un profundo amor a la pobreza evangélica, concédenos, por su intercesión, que, siguiendo a Cristo en la pobreza de espíritu, merezcamos llegar a contemplarte en tu reino. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

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Santiago Agrelo, Arzobispo de Tanger, ante la inmigración

“El miedo al emigrante da votos, y los votos son poder” (Santiago Agrelo, franciscano, Arzobispo de Tanger)

El prelado gallego es muy crítico con la política migratoria basada en el control de fronteras. «Identificar inmigrantes con delincuentes es una afirmación interesada. Es un procedimiento infame, miserable, despiadado, nauseabundo..»

El arzobispo de Tánger (Marruecos), el español, Santiago Agrelo.

«Las concertinas son la evidencia de que las fronteras son más importantes que las personas»

«Es escandaloso que los cristianos hayamos armonizado tranquilamente comulgar con Cristo y dejar morir a los pobres, honrar crucifijos –colgarlos en las paredes– y crucificar cristos –ahogarlos en el mar o martirizarlos en todos los caminos–». El arzobispo de Tánger, el español Santiago Agrelo, publicaba hace pocos días esta frase en Twitter. El prelado gallego es uno de los más críticos con la política migratoria basada únicamente en el control de fronteras, las concertinas y el odio al extranjero, y también con aquello que, desde la emisora de los obispos españoles, jalean la idea del miedo al extranjero. Hablamos con él.

¿Hasta dónde hemos llegado para que políticos que se autoproclaman como católicos como Salvini en Italia o Pablo Casado en España practiquen políticas de odio y rechazo al inmigrante?

No me compete el juicio sobre las personas, pero sí el análisis de los hechos: es una constante en la historia del cristianismo, que, si el evangelio se lee desde los intereses del poder y no desde las necesidades de los pobres, se traiciona, se pervierte, y se hace escándalo lo que nació como salvación para los pobres. Lo normal, lo inevitable, es que el maridaje evangelio-poder sea una conformidad de conveniencia: ‘París bien vale una misa’. Mi comentario en Twitter tenía como trasfondo un hecho que me resulta escandaloso, repugnante e indignante: la misma persona que a los barcos de las ONG, con su carga de cristos vivientes, les impide acercarse a puertos italianos, a renglón seguido pretende honrar por decreto a Cristo colgando crucifijos en los edificios públicos del país. Esa es una incoherencia blasfema: Cristo no vino al mundo para sí mismo sino para los pobres.

¿Corremos el riesgo, en Europa, de que se exporten estas políticas xenófobas? ¿Existe un odio al inmigrante en Europa?

Todavía no se ha llegado a la situación de decir: ‘negros no’. No se exhiben todavía las esvásticas. Todavía le hacemos al pudor la concesión de asegurar que no somos racistas. Pero lo que ya nadie esconde, lo que ya exhibimos, cultivamos y exportamos es el miedo, la desconfianza. En el lenguaje de la política y en el de la comunicación, de manera continuada y falaz se presenta al emigrante como peligroso, como una amenaza para nuestro bienestar, para nuestra seguridad, para nuestro futuro. Para el lenguaje habitual no hay emigrantes sino delincuentes, asaltantes, violentos, mafiosos, narcotraficantes… Si no se nos hubiese alertado, diría que exhibimos, cultivamos y exportamos miedo al extranjero, miedo al gitano, miedo al musulmán, miedo al desconocido… Pero alguien, creo que con mucha razón, dijo que «sólo tenemos miedo a los pobres”, y creó la palabra para designar ese miedo: «aporofobia”. Y esa fobia se exporta hacia todos los puertos posibles. De ese miedo al pobre son víctima en primer lugar los emigrantes. Y entre el miedo y el odio yo no sabría medir qué distancia hay, pero se me antoja que es muy poca.

El nuevo líder del PP ha señalado que llegan a España «millones de inmigrantes”. ¿Es esto real?¿Es cierto el bloqueo en la frontera sur? ¿Hay un efecto llamada?

Yo no sé cuántos emigrantes han llegado a España en los últimos 50 años, como no sé cuántos españoles, en esos mismos años, han salido de España. Sé que la humanidad se mueve. Creía saber que emigrar era un derecho fundamental de toda persona humana, pero evidentemente estaba equivocado: Emigrar es privilegio de algunos y no derecho de todos.

Sobre esos ‘millones de emigrantes’ que supuestamente van a llegar a España, se sugiere que aquí no hay sitio para todos, que vienen a comerse nuestro pan, a llevarse por delante el estado de bienestar, la seguridad, la tranquilidad, el dinero de las pensiones… lo mismo que se puede decir que vienen a multiplicar nuestro pan, a garantizar la sostenibilidad de nuestra forma de vida y el fondo de las pensiones. Tengo que preguntarme por qué los políticos, teniendo claro que la emigración es un derecho universal, la presentan como una amenaza y gastan miles de millones de euro en impedirla. Y sólo encuentro una respuesta plausible: el miedo al emigrante da votos, y los votos son dinero, son futuro, son poder.

Si en la sociedad hubiese una conciencia acogedora con los emigrantes, los políticos tendrían otro lenguaje y propondrían otras opciones. Pero más allá de eso, la impermeabilización de las fronteras, por sí misma, es otro gran negocio, un pozo sin fondo de recursos humanos y económicos: miles de millones de euros para países a los que se contrata como gendarmes externos de las fronteras de Europa. Me pregunto qué hubiera pasado si esos recursos hubiesen sido empleados en acoger emigrantes y no en rechazarlos.

Santiago Agrelo, Arzobispo franciscano.

Usted se muestra muy crítico con las concertinas y otros medios para frenar la llegada de inmigrantes. ¿Qué suponen estas concertinas? ¿Qué efecto producen en las personas que quieren llegar hasta Europa?

Las concertinas son la evidencia de que las fronteras son más importantes que las personas. A la integridad de la frontera se sacrifica la integridad de la persona. En nuestras sociedades la persona ha dejado de ser un valor absoluto para ser objeto de transacción, según la conveniencia de unos y otros. Detrás de las concertinas está la idea de que nosotros somos los dueños de una mercancía llamada emigrantes: los traemos, los llevamos, los utilizamos, los explotamos económicamente, sexualmente, los desechamos y ¿por qué sencillamente no matarlos? Ya me han llegado mensajes que van en esa dirección.

Las concertinas suponen una degradación del ser humano a la condición de animal peligroso del que hay que protegerse; son una trampa en la que desearíamos quedasen atrapados todos esos indeseables que intentan acercarse a nosotros. Las concertinas son la evidencia de la manipulación política y mediática a la que está sometida la sociedad, una sociedad que jamás permitiría esas trampas para un animal, y que se queda del todo indiferente, si no es que aplaude, cuando esas trampas se utilizan para atrapar a jóvenes en busca de futuro.

Usted ha visto morir y ha tenido que enterrar a muchos inmigrantes. ¿Qué siente cuando ve por televisión, o escucha en la radio, que personas mueren ahogadas porque nadie las rescata?

No es fácil dar nombre a los sentimientos, porque se mezclan muchos en el mismo momento. Horror, porque me veo a mí mismo en cada emigrante que se ahoga; no puedo evitarlo, y es un sentimiento que va más allá del tiempo de una notica: ese horror se queda conmigo. No me pidas que describa lo que siente una persona que ha luchado por vivir, por sobrevivir, por todo, y que se ve morir porque otros, supuestamente humanos, supuestamente cristianos, le han cerrado el paso en el camino de la vida. Decepción, frustración, dolor… me pregunto con angustia si para el emigrante que se ahoga todavía será posible la fe, si todavía será posible el abandono en el amor del que hemos nacido. Es intolerable que un muerto rico sea importante y mil muertos pobres no importen a nadie.

Algunos suelen identificar a los inmigrantes con delincuentes. ¿Qué hay detrás de esa afirmación?

Es una afirmación interesada, como lo era la del nazismo que presentaba a los judíos como enemigos del pueblo alemán. Es el mismo procedimiento infame, miserable, despiadado, nauseabundo, que busca deformar al hombre en monstruo, para que lo despreciemos, lo temamos y lo eliminemos. Jamás permitirías que a tu hermano o a tu hijo o a tus amigos se les condenase al hambre, a la mendicidad, a la intemperie o a la muerte. No permitirías siquiera que eso se hiciese con tu mascota. Es esta crueldad infame de los nombres lo que explica que los emigrantes mueran a millares y que la sociedad permanezca indiferente o lo encuentre normal.

¿Cuál debe ser el papel de la Iglesia, el que propugna el Papa Francisco o el que se defiende desde los foros católicos más reaccionarios?

Llevar al ámbito de la Iglesia la reflexión sobre los comportamientos con los emigrantes es llevarla al ámbito de la fe en Cristo Jesús. Muy lamentablemente, a fuerza de poner la mirada en el más allá, nos hemos olvidado demasiado del más acá, y cuando nos fijamos en éste, la mirada ha sido increíblemente selectiva: hemos dedicado más tiempo a las alcobas que al comedor. Ni un solo cristiano aceptaría un sufrimiento en la frontera si no hubiese olvidado que en la frontera sufre Cristo en quien cree y a quien ama. Y la responsabilidad de ese olvido blasfemo la tenemos sobre todo los pastores, los predicadores, los maestros. En una homilía, en una tertulia radiofónica, en una conversación, una sola palabra de comprensión o de justificación del sufrimiento de los pobres, es una palabra de condena que pronunciamos sobre el cuerpo de Cristo. No puedo olvidar, sin embargo, que cuando condeno al pobre, me condeno a mí mismo.

Jesús Bastante

(04 ago 2018, publicado en el «eldiario. es«)

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Protegido: In memoriam Antonio Arellano

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Fallecimiento de Antonio Arellano Guirado

Nuestro querido compañero Antonio Arellano Guirado ha fallecido en Málaga el día 21 de Julio. Toda la familia capuchina y miembros de la Asociación  nos unimos al dolor de sus familiares y elevamos al Cielo una plegaria por el eterno descanso de su alma. 

Nuestro querido compañero ingresó en el Seminario Seráfico en 1952. Fue un participante habitual, junto a su esposa, en los Encuentros de la Asociación de Antiguos Alumnos.

Descanse en paz.

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San Lorenzo de Brindis

Nació en Brindis (Italia) el año 1559. Ingresó en la Orden de los Capuchinos y estudió en Padua. Fue una persona superdotada a quien Dios concedió cualidades intelectuales extraordinarias. Infatigable y elocuente predicador por varias naciones de Europa, docto profesor de sus hermanos, escritor erudito, ocupó, además, todos los cargos en su Orden, incluso el de Ministro general, y desempeñó graves y delicadas misiones diplomáticas por Europa. De carácter sencillo y humilde, cumplió fielmente todas las misiones que se le encomendaron, como la defensa de la Iglesia ante los turcos que intentaban dominar Europa y la reconciliación de príncipes enfrentados. En su vida de piedad se distinguió por la fervorosa celebración de la misa y por su filial devoción a la Virgen. Murió el 22 de julio de 1619 en Lisboa, adonde fue a tratar con Felipe III de la paz en Nápoles. Por su conocimiento profundo de la Palabra de Dios, del que dejó testimonio en sus escritos y en los púlpitos, Juan XXIII le dio en 1959 el título de «Doctor Apostólico».

Oración: Oh Dios, que para gloria de tu nombre y salvación de las almas otorgaste a san Lorenzo de Brindis espíritu de consejo y fortaleza, concédenos llegar a conocer, con ese mismo espíritu, las cosas que debemos realizar y la gracia de llevarlas a la práctica después de conocerlas. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

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Canonización de San Francisco de Asís

San Francisco murió al atardecer del 3 de octubre de 1226. Su fama de santidad era notoria en toda la Iglesia y los milagros se fueron multiplicando. Cumplidos todos los requisitos canónicos previos, el papa Gregorio IX decretó la canonización. Para llevarla a cabo se trasladó personalmente a la ciudad de Asís y el domingo 16 de julio de 1228, en medio de unos solemnísimos actos, inscribió a Francisco en el catálogo de los santos.

Oración: Dios todopoderoso, que otorgaste a nuestro Padre san Francisco la gracia de asemejarse a Cristo por la humildad y la pobreza, concédenos caminar tras sus huellas, para que podamos seguir a tu Hijo y entregarnos a ti con amor jubiloso. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

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