Archivo mensual entradas
- abril 2025
- marzo 2025
- febrero 2025
- enero 2025
- diciembre 2024
- octubre 2024
- septiembre 2024
- agosto 2024
- julio 2024
- abril 2024
- febrero 2024
- enero 2024
- diciembre 2023
- noviembre 2023
- octubre 2023
- septiembre 2023
- agosto 2023
- junio 2023
- mayo 2023
- abril 2023
- marzo 2023
- febrero 2023
- enero 2023
- diciembre 2022
- noviembre 2022
- octubre 2022
- septiembre 2022
- agosto 2022
- julio 2022
- junio 2022
- mayo 2022
- abril 2022
- marzo 2022
- febrero 2022
- enero 2022
- diciembre 2021
- noviembre 2021
- octubre 2021
- septiembre 2021
- agosto 2021
- julio 2021
- junio 2021
- abril 2021
- marzo 2021
- diciembre 2020
- noviembre 2020
- octubre 2020
- agosto 2020
- julio 2020
- marzo 2020
- febrero 2020
- enero 2020
- diciembre 2019
- noviembre 2019
- octubre 2019
- septiembre 2019
- agosto 2019
- julio 2019
- junio 2019
- mayo 2019
- abril 2019
- marzo 2019
- febrero 2019
- enero 2019
- diciembre 2018
- noviembre 2018
- octubre 2018
- septiembre 2018
- agosto 2018
- julio 2018
- junio 2018
- mayo 2018
- abril 2018
- marzo 2018
- febrero 2018
- enero 2018
- diciembre 2017
- noviembre 2017
- octubre 2017
- septiembre 2017
- agosto 2017
- julio 2017
- junio 2017
- mayo 2017
- abril 2017
- marzo 2017
- febrero 2017
- enero 2017
- diciembre 2016
- noviembre 2016
- octubre 2016
- septiembre 2016
- agosto 2016
- julio 2016
- mayo 2016
- abril 2016
- marzo 2016
- febrero 2016
- enero 2016
- diciembre 2015
- noviembre 2015
- octubre 2015
- septiembre 2015
- agosto 2015
- junio 2015
- mayo 2015
- abril 2015
- febrero 2015
- enero 2015
- diciembre 2014
- noviembre 2014
- octubre 2014
- septiembre 2014
- agosto 2014
- julio 2014
- junio 2014
- mayo 2014
- abril 2014
- marzo 2014
- febrero 2014
- diciembre 2013
- noviembre 2013
- octubre 2013
- septiembre 2013
- agosto 2013
- julio 2013
- mayo 2013
- abril 2013
- marzo 2013
- febrero 2013
- enero 2013
- diciembre 2012
- noviembre 2012
- octubre 2012
- septiembre 2012
- agosto 2012
- julio 2012
- junio 2012
- mayo 2012
- abril 2012
- marzo 2012
- febrero 2012
- enero 2012
- diciembre 2011
- noviembre 2011
- octubre 2011
- septiembre 2011
- enero 2011
Enlaces de interés
Protegido: Palabras pasadas de moda
Publicado en Compartir...
Escribe tu contraseña para ver los comentarios.
Hombres y mujeres: nuevas relaciones creativas
La creatividad es la dinámica del propio universo. Su estado natural no es la estabilidad sino el cambio creativo. Todo es fruto de la creación natural o humana. La Tierra es fruto de una Energía creadora, misteriosa y cargada de propósito. Un día, un pez primitivo “decidió”, en un acto creador, dejar el agua y explorar la tierra firme. De ese acto creativo, vinieron los anfibios, luego los reptiles, después los dinosaurios, y finalmente los mamíferos y nosotros.
Si no fuéramos creativos, nunca habríamos llegado hasta aquí. Detengámonos, por un momento, en la relación hombre-mujer, punto central en las discusiones actuales de la Iglesia. Sabemos que hace diez mil años, la historia fue marcada por el patriarcado. Este ha supuesto un viacrucis de sufrimiento para todas las mujeres. Pero lo que ha sido construido históricamente puede ser también históricamente deconstruido. Esta es la esperanza que subyace en las luchas de las mujeres oprimidas y de sus aliados entre los hombres, la esperanza de un nuevo estadio de civilización ya nunca estigmatizado por la dominación de género.
Los hombres y las mujeres son definidos cada vez más no a partir de su sexo biológico o factor cultural, sino a partir del hecho de ser personas. Entendemos aquí por persona todo aquel o aquella que se siente dueño de sí y que ejercita la libertad para plasmar su propia vida. La capacidad de autoproducción en libertad (autopoiesis) es la suprema dignidad del ser humano que no debe ser negada a nadie.
Tras el reconocimiento de la persona como persona, son decisivos los valores de la cooperación y de la democracia como valor universal, en el sentido de participación en la vida social, de la cual las mujeres históricamente fueron privadas.
Su ausencia ayudó a instaurar la dominación y la subordinación histórica de las mujeres. Hoy, mediante la cooperación de ambos, dentro de una ética de la solidaridad y de cuidado mutuos, es cuando se construirán relaciones inclusivas e igualitarias.
La cooperación supone confianza y respeto mutuo en una atmosfera donde la coexistencia se funda en el amor, en la proximidad, en el diálogo abierto, como ha insistido y mostrado el Papa Francisco.
Bien resaltaba el gran biólogo chileno Humberto Maturana: la permanencia del patriarcalismo representa el intento de regresión a un estadio pre-humano que nos remite al nivel de los chimpancés, societarios pero dominadores.
Por eso la lucha por la superación del patriarcalismo es una lucha por el rescate de nuestra verdadera humanidad. Las mujeres por ser mujeres reciben menos salario haciendo el mismo trabajo. Y ellas componen más de la mitad de la humanidad.
La democracia participativa y sin fin, fundamentalmente, quiere decir participación, sentido del derecho y del deber y sentido de corresponsabilidad. Antes que una forma de organización del Estado, la democracia es un valor a ser vivido siempre y en todo lugar donde los seres humanos se encuentran. Esta democracia no se restringe solo a los humanos, sino que se abre a los demás seres vivos de la comunidad biótica, pues reconoce en ellos derechos y dignidad. La democracia integral posee, pues, una característica socio-cósmica.
La superación de la ancestral guerra de los sexos y de las políticas opresivas y represivas contra la mujer se da en la misma proporción en que se introduce y se practica la democracia real y cotidiana. En nombre de esta bandera, la gran escritora y feminista Virginia Woolf (1882-1941) podía proclamar: “Como mujer no tengo patria, como mujer no quiero patria, como mujer mi patria es el mundo”.
La lucha contra el patriarcado supone un re-generación del hombre. En esa tarea el hombre seguramente no conseguiría dar el salto por sí mismo. De ahí la importancia de la mujer a su lado. Ella podrá evocar en los hombres lo femenino escondido bajo cenizas seculares y podrá ser co-partera de una nueva relación humanizadora.
Lo primero que hay que hacer es privilegiar los lazos de interacción mutua y la cooperación igualitaria entre hombre y mujer. Aquí se impone un proceso pedagógico en la línea de Paulo Freire: nadie libera a nadie, pero juntos, hombres y mujeres, se liberarán en un proceso compartido de libertad creadora.
En este nuevo contexto se deben recuperar aquellos valores considerados antiguos y propios de la socialización femenina, pero que ahora deben ser gritados a los oídos de los hombres y junto con las mujeres procurar vivirlos. Se trata de un ideal humanitario para ambos. Me permito rescatar algunos:
- Las personas son más importantes que las cosas. Cada persona debe ser tratada humanamente y con respeto.
- La violencia nunca es un camino aceptable para la solución de los problemas.
- Es mejor ayudar que explotar a las personas, dedicando especial atención a los pobres, a los excluidos y a los niños.
- La cooperación, la asociación y el compartir son preferibles a la competencia, la autoafirmación y el conflicto.
- En las decisiones que afectan a todos cada persona tiene derecho a decir su palabra y ayudar en la decisión colectiva.
- Estar profundamente convencido de que lo cierto está del lado de la justicia, de la solidaridad y del amor, y de que la dominación, la explotación y la opresión están del lado equivocado.
Tales valores, tenidos en otro tiempo por femeninos, fueron manipulados por la mentalidad patriarcal para mantener a las mujeres subordinadas y dóciles. Hoy, al cambiar el cuadro del mundo y de la sociedad, tales valores son los que nos pueden salvar. Es la razón por la que los hombres y mujeres deben ser creativos en sus relaciones, pues así se humanizan.
Leonardo Boff y Rose-Marie Muraro
(Extraido de “Femenino-masculino: una nueva conciencia para el encuentro de las diferencias”. de Leonardo Boff y Rose-Marie Muraro. Editorial Trotta, S.A., 2004 – 209 páginas )
Publicado en Compartir...
Deja un comentario
¿Podemos todavía sonreír en medio del miedo y la consternación de nuestros días?
En mi ya larga trayectoria teológica, desde el principio, en los años 69 del siglo pasado, han sido siempre centrales dos temas que representan singularidades propias del cristianismo: la concepción societaria de Dios (Trinidad) y la idea de la resurrección en la muerte. Si dejásemos fuera estos dos temas, no cambiaría casi nada en el cristianismo tradicional. Éste predica fundamentalmente el monoteísmo (un solo Dios) como si fuésemos judíos o musulmanes. Y en lugar de la resurrección prefirió el tema platónico de la inmortalidad del alma. Es una pérdida lamentable, porque dejamos de profesar algo especial, diría casi exclusivo del cristianismo, cargado de jovialidad, de esperanza y de un sentido innovador del futuro.
Dios no es la soledad del uno, terror de los filósofos y de los teólogos. Es la comunión de tres Únicos, que por ser únicos no son números sino un movimiento dinámico de relaciones entre diversos igualmente eternos e infinitos, relaciones tan íntimas y entrelazadas que impide que haya tres dioses, sino un solo Dios-amor-comunión-inter-retro-comunicación. El nuestro es un monoteísmo trinitario y no atrinitario o pre-trinitario. En esto nos distinguimos de los judíos y de los musulmanes y de otras tradiciones monoteístas.
Decir que Dios es relación y comunión de amor infinito y que de Él se derivan todas las cosas es permitirnos entender lo que la física cuántica viene afirmando desde hace ya casi un siglo: todo en el universo es relación, entrelazamiento de todos con todos, formando una red intrincadísima de conexiones que forman el único y mismo universo. Él es, efectivamente, a imagen y semejanza del Creador, fuente de interrelaciones infinitas entre diversos, que vienen bajo la representación de Padre, Hijo y Espíritu Santo. Esta concepción quita el fundamento a todo y cualquier centralismo, monarquismo, autoritarismo y patriarcalismo, que encontraba en un único Dios y único Señor su justificación, como algunos teólogos críticos ya observaron. El Dios societario, proporciona, sin embargo, el soporte metafísico a todo tipo de socialidad, de participación y de democracia.
Pero como los predicadores por lo general no se refieren a la Trinidad, sino solo a Dios (solitario y único) se pierde una fuente de crítica, de creatividad y de transformaciones sociales en la línea de la democracia y de la participación abierta y sin fin.
Algo semejante ocurre con el tema de la resurrección. Esta constituye el núcleo central del cristianismo, su point d’honneur. Lo que volvió a reunir a la comunidad de los apóstoles después de la ejecución de Jesús de Nazaret en la cruz (todos estaban regresando, desesperanzados, a sus casas) fue el testimonio de las mujeres diciendo: “ese Jesús que fue muerto y sepultado vive y ha resucitado”. La resurrección no es una especie de reanimación de un cadáver como el de Lázaro que luego acabó muriendo como todos, sino la revelación del novissimus Adam en la feliz expresión de Pablo: la irrupción del Adán definitivo, del ser humano nuevo, como si el fin bueno de todo el proceso de la antropogénesis y de la cosmogénesis se hubiese anticipado. Por lo tanto, una revolución en la evolución.
El cristianismo de los primeros tiempos vivía de esta fe en la resurrección resumida por san Pablo al decir: “Si Cristo no resucitó nuestra predicación es vacía y vana nuestra fe” (1Cor 15,14). En tal caso sería mejor pensar: “comamos y bebamos porque mañana moriremos” (15,22). Pero si Jesús resucitó, todo cambia. Nosotros también vamos a resucitar, pues él es el primero entre muchos hermanos y hermanas, “las primicias de los que murieron” (1Cor 15,20). En otras palabras, y esto vale contra todos los que nos dicen que somos seres-para-la-muerte, nosotros morimos, sí, pero morimos para resucitar, para dar un salto hacia el término de la evolución y anticiparla en el aquí y el ahora de nuestra temporalidad.
No conozco ningún mensaje más esperanzador que este. Los cristianos deberían anunciarlo y vivirlo en todas partes. Pero lo dejan de lado y se quedan con el anuncio platónico de la inmortalidad del alma. Otros, como ya observaba irónicamente Nietzsche, son tristes y taciturnos como si no hubiese redención ni resurrección. El Papa Francisco dice que son “cristianos de cuaresma sin resurrección”, con “cara de funeral”, tan tristes que parece que van a su propio entierro.
Cuando alguien muere, llega para esa persona el fin del mundo. En ese momento, en la muerte, es cuando sucede la resurrección: inaugura el tiempo sin tiempo, la eternidad bienaventurada.
En una época como la nuestra, de desagregación general de las relaciones sociales y de amenazas de devastación de la vida en sus diferentes formas y hasta con peligro de desaparición de nuestra especie humana, vale la pena apostar por estas dos iluminaciones: Que Dios es comunión de tres que son relación de amor, y que la vida no está destinada a la muerte personal y colectiva sino a más vida todavía. Los cristianos apuntan hacia una anticipación de esta apuesta: el Crucificado que fue Transfigurado. Guarda las señales de su paso doloroso entre nosotros, las marcas de la tortura y de la crucifixión, pero, ahora transfigurado, las potencialidades de lo humano escondidas en él se realizaron plenamente. Por eso lo anunciamos como el ser nuevo entre nosotros.
La Pascua no quiere celebrar otra cosa que esta feliz realidad que nos concede sonreír y mirar el futuro sin miedo ni pesimismo.
Leonardo Boff. O.F.M.
(Leonardoboff.com. 05/05/2014)
Publicado en Compartir...
1 comentario
Semana Santa en el Seminario
Una vez más los cristianos hemos podido celebrar y rememorar los sagrados misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección de nuestro Señor Jesucristo llenos del fervor y la religiosidad que las celebraciones requieren. Todo ello aderezado con las costumbres y tradiciones de los diferentes entornos. Olvidadas las parafernalias externas, seguro que nos habremos centrado en el núcleo central de la celebración.
Pese a los muchos años transcurridos, no puedo evitar el rememorar con cariño y nostalgia las celebraciones de Semana Santa en el Seminario. El ambiente de recogimiento y religiosidad que lo impregnaba todo y que comenzaba con los ensayos en el Salón de Actos de los cantos litúrgicos de la Misas del Domingo de Ramos, Oficios de Jueves Santo, Viernes Santo y Sábado de Resurrección. Los ensayos se iniciaban unas semanas antes y todos los que formábamos parte del coro poníamos un gran interés porque todo saliese perfecto. Los cantos eran la mayoría en latín y muchos en canto gregoriano.
Algunos compañeros, generalmente de los cursos mayores, cantaban las «Lamentaciones» que encerraban gran dificultad por sus giros vocálicos. Eran algo complicadas de cantar. A muchos de ellos se les oía en los momentos de descanso ensayar cada cual con su «lamentación personal».
Nada estaba sujeto a la improvisación, por el contrario estaba todo muy programado. En un sitio visible del Salón de Estudios se ponían las listas de los que tenían que ayudar en las misas conventuales, los que debían participar en el lavatorio de pies del Jueves Santo (recuerdo que durante mi segundo curso fuí elegido para el lavatorio y que me tuve que lavar los pies varias veces ese día antes de los oficios), los que tenían que acompañar en la celebración de los oficios a algunos Padres en los distintos conventos de Antequera, el turno de la Adoración al Santísimo Sacramento en el Monumento durante el Jueves y Viernes Santo, etc. También recuerdo que acompañé a nuestro querido Padre Juventino (q.e.p.d.) a ejercer de monaguillo junto a Jesús de Antequera en el Convento de las Clarisas.
En nuestro Seminario/convento, nuestro Padre Guardián Rvdo. Jaime de Villamorisca, revestido de una gran solemnidad y religiosidad, celebraba los diversos actos litúrgicos mientras desde el coro acompañábamos con los cantos propios de la liturgia del día. Mientras mis hermanos y yo estuvimos en el Seminario, mi madre Ángela nos visitaba todas las Semanas Santas y asistía con un gran fervor a todos estos actos religiosos.
Como colofón a estas magníficas celebraciones también hay que destacar nuestra presencia, representando al Seminario Seráfico,en las excelentes y bien organizadas procesiones de Antequera. En el ambiente se respiraba fervor y religiosidad al margen del valor artístico de los pasos que procesionaban.
Quiero terminar con una anécdota que viene a colación con lo que estoy recordando. En una de estas procesiones, (recordad que nos llamaban «los leguitos») me atreví a contestarle a una señora que “cada uno de los aquí presentes tenemos nuestro padre y nuestra madre y no hay razón para llamarnos huérfanos”.
Con esta aportación he querido recordar aquellas vivencias y recuerdos tan queridos para la mayoría de todos nosotros.
Un fuerte abrazo.
José Manuel Chacón Mora de Níjar.
Publicado en Compartir...
3 comentarios
Protegido: La parodia nacional
Publicado en Compartir...
Escribe tu contraseña para ver los comentarios.
La Junta Directiva de la Asociación se reúne en Córdoba
Crónica de la reunión de la Junta Directiva celebrada en Córdoba el día 6 Abril de 2014
La reunión se celebra con el propósito de preparar el VIIIº Encuentro de la Asociación de Antiguos Alumnos Seráficos “Francisco de Asís” que se celebrará d. m. en Córdoba durante los días 20 y 21 del mes de Septiembre de este año en curso.
El Presidente de la Asociación propone una serie de actividades a desarrollar a lo largo del Encuentro:
- Acogida a los asociados.
- Asamblea general de la Asociación, en cuyo marco deberán realizarse elecciones generales a los cargos de la Asociación según sus propios Estatutos.
- Concierto organizado por Lorenzo Palomo con la Orquesta de Córdoba en la plaza de Capuchinos.
- Visita guiada a la Mezquita Catedral.
- Espectáculo de Agua, Luz y Sonido en los Reales Alcázares.
- Visita a las ruinas de Medina Azahara.
- Almuerzo en el restaurante “El Bandolero”.
Se gestiona, por parte de nuestros compañeros de Córdoba, unas visitas al Monasterio de San Jerónimo y a las Ermitas, situados ambos monumentos en la Sierra de Córdoba.
Igualmente se está gestionando con diferentes hoteles de la ciudad para conseguir precios lo más económicos posibles al tratarse de un gran grupo.
Con la debida antelación a la celebración del Encuentro la Junta Directiva de la Asociación dará información pormenorizada por los medios habituales de los actos ya cerrados para el mismo, así como los precios de comidas, hoteles y demás eventos.
Se habló también del Blog y de la nueva sección llamada Compartir…, donde cada asociado podrá escribir, enviar aquello que crea conveniente compartir con el resto de compañeros, invitándose a los presentes y a todos a participar en el mismo.
Publicado en Noticias
5 comentarios
Reunión de la Junta Directiva de la Asociación en Córdoba
El próximo domingo, día 6 de Abril, se reúne la Junta Directiva de la Asociación FRANCISCO DE ASÍS de los AA. AA. del Seminario Seráfico de los HH. MM. Capuchinos de Andalucía, en el Convento de Córdoba, con el fin de diseñar y programar los actos que se desarrollarán en el VIIIº Encuentro 2014, a celebrar en la ciudad de Córdoba en el inicio del otoño.
Deseamos tengan una feliz y provechosa reunión.
Publicado en Noticias
Deja un comentario
El fraile capuchino que ejerció de “notario”
Una plaza para el cura que presenció 1.700 fusilamientos
Gumersindo de Estella
«¡Tantos hombres para matar a tres mujeres!’, gritó una. Sonó la descarga cerrada. Les di la absolución, y antes de que el teniente descargara los tiros de gracia, me alejé caminando como un autómata”. El pelotón de fusilamiento ascendía a 24 hombres. Las tres mujeres eran Selina Casas, Margarita Navascués y Simona Blasco. Y el testigo que describe la atroz escena, un cura, Gumersindo de Estella, que presenció 1.700 fusilamientos en las tapias del cementerio de Torrero (Zaragoza) entre 1936 y 1942. “Como sacerdote y cristiano sentía repugnancia ante tan numerosos asesinatos y no podía aprobarlos”. Tampoco pudo impedirlos, pero dejó constancia de ellos en un estremecedor diario por el que ayer le homenajeó el Ayuntamiento de Zaragoza dedicándole una plaza en el cementerio de Torrero.
Gumersindo de Estella, nombre religioso de Martín Zubeldia (1880-1974), acompañaba a las víctimas en camioneta desde la cárcel hasta la tapia del cementerio y les daba la extremaunción entre el fusilamiento y el tiro de gracia. No solo presenció las ejecuciones, también el robo de niños, como describió en su diario: “¡Por compasión, no me la roben! Que la maten conmigo’, gritaba una. ‘¡No quiero dejar a mi hija con estos verdugos!’, exclamaba la otra. Se entabló una lucha feroz entre los guardias que intentaban arrancar a viva fuerza las criaturas del pecho y brazos de sus madres y las pobres madres que defendían sus tesoros a brazo partido”.
Los bebés tenían un año. Eran las hijas de Selina Casas y Margarita Navascués. Las acusaban de haber intentado escapar a la zona republicana el día anterior, 21 de septiembre de 1937. Dos monjas recogieron a las niñas después de que mataran a sus madres.
“Mi actitud contrastaba vivamente con la de otros religiosos, incluso superiores míos, que se entregaban con regocijo extraordinario y no solo aprobaban cuanto ocurría, sino que aplaudían y prorrumpían en vivas con frecuencia”, escribió Gumersindo de Estella en su diario. Había sido precisamente el enfrentamiento con sus superiores el que le había llevado a ser capellán de la cárcel de Torrero. Zubeldia discutió con el padre Ladislao Yabar, quien anunciaba con ceremonia: “Hoy comeremos gallinas requisadas en Gipuzcoa por nuestros valientes requetés”, y fue trasladado, como castigo, desde Pamplona a Zaragoza. Le costó casi un año que retiraran de la capilla el retrato de Franco que presidía el altar. Se retiró un tiempo por una úlcera. Cuando regresó, ya terminada la guerra, los fusilamientos seguían -cerca de 700 después de la contienda- pero habían colocado unos sacos terreros tras la tapia porque las balas habían traspasado la pared y alcanzado los nichos.
En total, más de 3.543 republicanos fueron fusilados en aquel muro desde la madrugada del 19 de julio de 1936 hasta el 20 de agosto de 1946. No se dejó de matar ni un solo día, ni en nochebuena. En octubre de 2010 se inauguró en el cementerio una espiral con los nombres de todas las víctimas.
“Su diario es un documento único, extraordinario”, explica el catedrático de historia contemporánea Julián Casanova, autor de La Iglesia de Franco (Editorial Crítica). “Muestra la desazón desde dentro de un hombre de la Iglesia al ver el fervor guerrero de la institución, que se ha puesto al servicio de Franco”.
Zubeldia ocultó su diario hasta poco antes de su muerte, cuando hizo saber de él a otros sacerdotes. “Son cinco cuadernos, para nosotros, un tesoro”, explica el padre Tarsicio de Azcona, de 90 años. “Sufrió mucho. Él era un hombre del pueblo, un misionero popular”. El diario se publicó en un libro en 2003 gracias a Azcona y al también capuchino José Ángel Echevarría. El reconocimiento le llegó ayer, cuando se cumplían 75 años del final de la Guerra Civil, gracias a un acuerdo por unanimidad del Ayuntamiento de Zaragoza para dedicarle una plaza….
Natalia Junquera
(Publicado en El Pais, el 1 de Abril 2014)
Publicado en Compartir...
Deja un comentario
Su Majestad la Reina visita el Centro de “PAZ Y BIEN” en Guatemala
Doña Sofía estuvo acompañada por el secretario de Estado de Cooperación Internacional y para Iberoamérica, Jesús Gracia.
Su Majestad la Reina Doña Sofía visitó el pasado 19 de marzo de 2014 el Centro de Promoción Social Tuncushá de la Asociación PAZ Y BIEN en Guatemala.
El acto ha supuesto un revulsivo para la población local la cual, ubicada en una de las zonas más empobrecidas del país, no había recibido nunca la visita de la monarca española. El evento contó con la presencia de 30 medios de comunicación, de los que 19 eran españoles y 11 guatemaltecos.
El centro de PAZ Y BIEN fue elegido como proyecto destacado por la Agencia Española de Cooperación Internacional y para el Desarrollo (AECID) para el viaje de cooperación de Su Majestad la Reina. Doña Sofía conoció de primera mano la labor de cooperación que se desarrolla en Guatemala. PAZ Y BIEN comenzó a trabajar en el país latinoamericano con sede propia en 2007 y, en apenas seis años, ha puesto en marcha una residencia, una unidad de estancia diurna y un consultorio médico donde se prestan una serie de servicios, proyectos y programas de los que se beneficia la población del departamento de Chiquimula.
Doña Sofía con la primera dama de Guatemala, fray Rafael Pozo y las Hermanas Franciscanas, nuevas responsables del centro de Paz y Bien en Guatemala.
Se trata de un proyecto socio-sanitario que ha sabido rentabilizar al máximo el uso de los fondos públicos españoles destinados a la cooperación internacional, dado que todas las infraestructuras apenas han supuesto una inversión total de un millón de euros.
Su Majestad la Reina con el equipo sanitario del consultorio.
La Reina fue acompañada en la visita por el secretario de Estado de Cooperación Internacional y para Iberoamérica, Jesús Gracia, el Embajador de España en Guatemala, Manuel Lejarreta, y la Primera Dama de Guatemala, Rosa Leal de Pérez. Por parte de PAZ Y BIEN la recibieron el fundador de la asociación, fray Rafael Pozo, que se desplazó desde Sevilla con motivo de esta acción, la delegada local Odilia Rosas Nolasco, así como las Hermanas Franciscanas de la Inmaculada Concepción, nuevas administradoras del centro.
Para más información consultar:
DOSSIER DE PRENSA/ VISITA DE LA REINA
ASOCIACIÓN PAZ Y BIEN
Links:
——
[1] http://www.pazbien.org/
[2] http://www.facebook.com/AsociacionPazyBien
www.pazbienongd.org
Publicado en Noticias
Deja un comentario
La caricia esencial rescata nuestra humanidad
La caricia es una de las expresiones supremas de la ternura … ¿Por qué decimos caricia esencial? Porque queremos distinguirla de la caricia como pura moción psicológica, en función de un querer fugaz y sin historia. La caricia-moción no envuelve a toda la persona. La caricia es esencial cuando se transforma en una actitud, en un modo-de-ser que califica a la persona en su totalidad, en su psique, en su pensamiento, en su voluntad, en la interioridad, en las relaciones.
El órgano de la caricia es, fundamentalmente, la mano: la mano que toca, la mano que acaricia, la mano que establece relación, la mano que da calor, la mano que trae quietud. Toda la persona a través de la mano y por la mano revela un modo de ser cariñoso. La caricia toca lo profundo del ser humano, allí donde se sitúa su Centro personal. Para que la caricia sea verdaderamente esencial necesitamos cultivar el Yo profundo, que busca lo más íntimo y verdadero en nosotros, y no solo el ego superficial de la conciencia, siempre llena de preocupaciones.
La caricia que emerge del Centro produce reposo, integración y confianza. De ahí su sentido. Al acariciar al niño, la madre le comunica la experiencia más orientadora que existe: la confianza fundamental en la bondad de la vida; la confianza de que, en el fondo, a pesar de tantas distorsiones, todo tiene sentido; la confianza de que la paz no es un sueño, es la realidad más verdadera; la confianza de la acogida en el gran Útero.
Al igual que la ternura, la caricia exige total altruismo, respeto del otro y renuncia a cualquier otra intención que no sea la de querer bien y amar. No es un roce de pieles, sino una entrega de cariño y de amor a través de la mano y de la piel, piel que es nuestro yo concreto.
El afecto no existe sin la caricia, la ternura y el cuidado. Así como la estrella tiene que tener un aura para brillar, de igual manera el afecto necesita la caricia para sobrevivir. La caricia de la piel, del pelo, de las manos, de la cara, de los hombros, de la intimidad sexual hace concreto el afecto y el amor. La calidad de la caricia impide que el afecto sea mentiroso, falso o dudoso. La caricia esencial es leve como el entreabrir suave de una puerta. Jamás hay caricia en la violencia de azotar puertas y ventanas, es decir, en la invasión de la intimidad de la persona.
El psiquiatra colombiano Luis Carlos Restrepo en su bello libro sobre «El derecho a la ternura» (Arango Editores, 2004) dice: «La mano, órgano humano por excelencia, sirve tanto para acariciar como para agarrar. La mano que agarra y la mano que acaricia son dos facetas extremas de las posibilidades de encuentro inter-humano».
En una reflexión cultural más amplia, la mano que agarra corporifica el modo-de-ser de los últimos cuatro siglos, de la llamada modernidad. El eje articulador del paradigma moderno es la voluntad de agarrar todo para poseer y dominar. Todo el Continente latinoamericano fue agarrado y prácticamente diezmado por la invasión militar y religiosa de los ibéricos. Y vino a África, a China, a todo el mundo que se puede agarrar, hasta a la Luna.
Los modernos agarraron la naturaleza dominándola, explotando sus bienes y servicios sin ninguna consideración ni respeto a sus límites y sin darle tiempo de reposo para que pudiera reproducirse. Hoy recogemos los frutos envenenados de esta práctica sin ningún tipo de cuidado y ausente de todo sentimiento de caricia hacia lo que vive y es vulnerable.
Agarrar es expresión de poder sobre, de manipulación, de encuadramiento del otro o de las cosas a mi modo de ser. Si miramos bien, no ha ocurrido una mundialización respetando las culturas en su rica diversidad. Lo que ha ocurrido ha sido la occidentalización del mundo. Y en su forma más pedestre: una hamburguerización del estilo de vida norteamericano impuesto en todos los rincones del planeta.
La mano que acaricia representa la alternativa necesaria: el modo-de-ser-cuidado, pues «la caricia es una mano revestida de paciencia que toca sin herir y suelta, para permitir la movilidad del ser con el que entramos en contacto» (Restrepo).
En los días actuales es urgente rescatar en los seres humanos la dimensión de la caricia esencial. Ella está dentro de todos nosotros, aunque encubierta por una gruesa capa de ceniza de materialismo, de consumismo y de futilidades. La caricia esencial nos devuelve nuestra humanidad perdida. En su mejor sentido refuerza también el precepto ético más universal: tratar humanamente a cada ser humano, es decir, con comprensión, con acogida, con cuidado y con la caricia esencial.
Leonardo Boff
(autor de El cuidado necesario, 2012).
Traducción de Mª José Gavito Milan
Publicado en Compartir...
Deja un comentario