Hoy por la mañana recibía la llamada de Juan Antonio Perea en la que me daba la triste noticia del fallecimiento de nuestro querido y entrañable amigo Padre Antonio Lafuente (Padre Eulogio de Tiena ). Desde la emoción por tan sensible pérdida, intento esbozar unas sencillas líneas en las que plasmar una vida plena de trabajo y servicio hacia los demás. Pasan por mi memoria mil y un recuerdos de nuestras vivencias en el Seminario con el padre Eulogio. Quizá por no tener barba como la mayoría de los frailes, le hacía parecer más joven. Siempre atento y amable con todos, dispuesto al trato afable y sintiéndose como uno más de nosotros.
Con los pequeños siempre estaba dispuesto a gastarles bromas y a recibirlas. Con los mayores ya el trato era distinto porque la diferencia de edad así lo requería. Abierto a todo y a todos con esa familiaridad y fraternidad a la que estaba acostumbrado. Nunca le vi molesto o enfadado con nadie.
Estaba tan centrado en su labor docente que para todos nosotros era habitual verle siempre por todos los pasillos y lugares del Seminario. Hizo una gran amistad con el Padre Juventino de Ronda y siempre se les veía juntos. También le gustaba el deporte y ejercía como segundo entrenador ayudando al Padre Juventino con el equipo de balonmano. Muchos jueves nos acompañaba al «Mauli «, se cambiaba el hábito por un pantalón de deporte, se calzaba unas zapatillas deportivas y echaba su partido de fútbol con los mayores. Siempre tenía nuestro respeto aunque él con su forma de ser, se nos hiciese cercano y fraternal.
En las excursiones al Chorro, Benamejí,etc. siempre se mostraba muy activo e implicado, ( hay multitud de fotos que así lo atestiguan ). En los campamentos de verano, siempre con su buen talante y humor, nos hacía más llevadera la convivencia en los mismos.
Recuerdo,como anécdota que, estando yo en cuarto y ya en Junio, en los exámenes finales, en los que pasábamos de uno en uno por el tribunal examinador, me preguntaron las partes de una columna. Yo contesté: basa, fusté y capitel. Se echaron a reir y el padre Eulogio me dijo: José Manuel, Fusté es un jugador del Barcelona. Quítale el acento a Fusté.
En mi reencuentro con él en Sanlúcar de Barrameda (mi primer Encuentro ), estaba en el patio del Convento charlando con Paco Corpas y alguien me tocó en el hombro, me volví y era el Padre Eulogio. Sentí una alegría inmensa y nos dimos un fuerte abrazo. También hablé con él antes del último Encuentro en Antequera y me comunicó que no iba a poder asistir por encontrarse en Madrid por esas fechas en una reunión. Le dije que lo echaríamos de menos. Así fue.
Próximo a celebrarse el Encuentro en Córdoba, Dios ha querido llevárselo con él. Desde el Cielo intercederá por todos nosotros .
Como bien dice nuestro Presidente Antonio Sancho, puso todo su empeño y fue un fiel defensor de nuestra querida Asociación. Padre Eulogio: en los Encuentros todos te demostramos nuestro cariño y gratitud por la labor que llevaste a cabo en el Seminario. Siempre te tendremos en nuestra memoria y en nuestro corazón.
Descansa en paz, querido amigo.
José Manuel Chacón Mora de Níjar.
Amigo José Manuel: He leído con mucho interés tu emotiva Semblanza del P. Eulogio, así como la triste y sentida noticia del fallecimiento del P. Antonio Lafuente, comunicada en este blog. por los queridos compañeros fray Alfonso Ramírez y Antonio Sancho.
Ante este desgraciado acontecimiento, quiero compartir los sentimientos expresados en los anteriores comentarios, y también manifestar mis condolencias a la familia y a los que gozaron de su amistad a través de los años.
Por último, desde la lejanía del tiempo transcurrido, en aquella dorada época del Seminario, mi gratitud personal al P. Eulogio.
Gracias por tu amena y fácil conversación.
Gracias por tus enseñanzas como profesor y Padre.
Gracias por tu agradable carácter, que facilitaba la convivencia en aquella gran «familia» que componía el Colegio Seráfico.
Gracias siempre, de todo corazón.