El Padre Antonio Lafuente ha fallecido

Lafuente Moreno Antonio. Tiena 1947Queridos compañeros y amigos : Paz y Bien

De nuevo, soy portador de malas noticias. Hace unos minutos, el Padre Alfonso Ramírez Pedrajas me ha comunicado el fallecimiento de nuestro Director Espiritual, el Padre Antonio Lafuente Moreno que se encontraba en Granada.
No tengo palabras para expresar el profundo dolor que me causa esta noticia. El Padre Antonio, además de ser mi profesor, confesor, tutor y sobre todo amigo, fue Director del Seminario durante muchos años.
Su trayectoria espiritual y humana en la Orden como discípulo de Cristo y seguidor de las enseñanzas de San Francisco de Asís, tuvo una vida intachable e envidiable. Se nos ha ido un gran Capuchino y un buen amigo que tanto luchó por el que tuviéramos una Asociación de Antiguos Alumnos y unirnos de nuevo después de tantos años. Todo lo que hemos disfrutado en los Encuentros, de reencuentros, de alegrías, de anécdotas recordadas del Seminario, se lo debemos a él, que supo inculcarnos el sentimiento de compañerismo, amistad, de familia y sobretodo, el mantenernos unidos después de tantos años. No se cómo mantendremos ese próximo Encuentro en Córdoba sin su presencia física, lo que sí es cierto, es que tenemos que seguir más unidos que nunca, como hubiese sido su deseo.
Siempre lo tendremos presente, en el recuerdo y en las oraciones. Lo echaremos mucho de menos.
Muchas gracias Padre Antonio por todo lo que hiciste por nosotros, durante y después de nuestra estancia en el Seminario.
Que Dios le premie todo el bien que hizo y lo tenga en su Gloria, que desde allí, seguro que nos protegerá y pedirá por nosotros.
Descansa en Paz, padre y mi amigo.

El sepelio se realizará mañana domingo a las 10:30 horas en Granada.

Un abrazo a todos.
Antonio Sancho Pedreño

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8 respuestas a El Padre Antonio Lafuente ha fallecido

  1. alumnosseraficos dijo:

    Nuestro compañero Ildefonso Jiménez me escribió con la inesperada y dolorosa noticia de la muerte del P. Antonio. No puedo describir lo que sentí al leer el mensaje escrito con el mayor afecto. El P. Antonio y yo fuimos compañeros en Antequera, él con el nombre de H° Antonio de Tiena y yo como H° Lorenzo de Ciudad Real. Creo que él me llevaba un año. Por varios años compartimos estudios, nuestros sevicios religiosos, recreos y aquellas inolvidables excursiones a los Torcales, al Chorro de los Gaitanes, a la Laguna de Fuente Piedra y a tantos lugares que han quedado en mi memoria como algo muy entrañable.

    Los estudios de solfeo y piano, que con tanto atino el P. Patricio iniciara en mí, se convirtieron más tarde en mi profesión como director de orquesta, pianista y compositor, miembro de la Ópera de Berlin, donde resido. La música me llevó a viajar por gran parte del mundo, donde ha sido interpretada.

    Hace un par de años, estando preparando una visita a Córdoba, nuestro compañero Ildefonso me hizo saber que el Padre Superior de los Capuchinos de Córdoba era precisamente el P. Antonio Lafuente, cuyo nombre en Antequera era H° Antonio de Tiena!!! Qué sorpresa tan grande. Fuí a Còrdoba y, acompañado de Ildefonso, visitamos al P. Antonio. Es difícil describir lo que sentimos el P. Antonio y yo al vernos de nuevo después de ¡60 años! Yo tuve la impresión de estar viviendo otra vida, como una reencarnación. Aquel encuentro fué inenarrable.

    El P. Antonio y yo iniciamos un proyecto, llenos de ilusión: Organizar un concierto en la Plaza de Capuchinos de Córdoba con la Orquesta de Córdoba interpretando obras mías. Teníamos pensado además que el P. Antonio explicaría al público cómo se inició mi larga andadura musical en nuestro Colegio de Antequera. Hace solo unos días estuvimos comentando por teléfono el P. Antonio y yo la ilusión que nos hacía el proyectado concierto…

    La noticia tan inesperada me llenó de tristeza y desolación ¡¡¡Qué pequeños somos, Dios mio!!! Siento una pena inmensa al escribir estas lineas.

    Descanse en Paz el P. Antonio Lafuente, mi querido compañero H° Antonio de Tiena.

    Lorenzo (Martinez) Palomo, Lorenzo de Ciudad Real

  2. JoséLuis Blasco López dijo:

    Hace unas horas he tenido conocimiento del falleciemiento de «un Hermano Capuchino llamado Antonio». La persona que me transmitía la noticia no sabía ofrecerme más datos.
    Al llegar a casa, antes de comer, he escrito los nombres de varios hermanos capuchinos llamados Antonio… y he quedado sorprendido por esta triste noticia en la que la Hermana Muerte nos arrebata a un ser muy querido: sacerdote capuchino, hombre de fe, animador incansable… con el que viví la Fraternidad Evangélica al estilo de Francisco de Asís, y me permitió ser, nada más y nada menos, que hermano suyo. Puedo atestiguar de su vida y de su entrega.
    ¡ Dichoso tú, Padre Antonio, que te has encontrado cara a cara con Nuestro Redentor.
    A mis Hermanos Capuchinos de la extinta Provincia Capuchina de Andalucía, y a todos los que expresan tan nobles sentimientos por su partida, mi abrazo fraterno y mi saludo de Paz y Bién.

  3. RECORDANDO AL PADRE
    EULOGIO DE TIENA
    Cuando el buen amigo de todos nosotros, Alfonso Jiménez, tuvo la noticia del fallecimiento del P. Eulogio de Tiena (Antonio Lafuente), me hizo una llamada telefónica comunicándome la triste noticia.
    Los que lo tuvisteis de Profesor o Director en el Seminario Seráfico de Antequera, lo conocisteis cuando ya era un joven Clérigo Capuchino, y estáis dando muestras de su inmejorable bondad, sencillez y servicio para todo el que tuvo la suerte de tratarlo.
    Yo soy uno de sus pocos compañeros del Seminario que aún quedan. Es por ello que me uno a vosotros en el sentimiento de tan triste pérdida.
    Cuando él llegó al Seminario, yo llevaba un año allí. Por eso que él fue siempre del curso siguiente al mío.
    Aún recuerdo perfectamente la primera vez que lo vi. Iba con su pantalón corto como todos los niños de la época. Se presentó a nosotros acompañado de su hermano Florentino, que ya llevaba dos años de Seráfico. Recuerdo su cara tan alegre como si tuviera una sonrisa permanente. Nunca se le veía discutiendo con nadie, aunque jugaba con todos, y así continuó siempre.
    A pesar de que estuvimos muchos años juntos, ya que yo me salí cuando estudiaba el 4º de Teología y él estaba en el 3º, yo nunca lo vi con barba, por lo que aparentaba ser más joven.
    Cuando hubo la reunión en Córdoba para programar el VIII Encuentro, el amigo Alfonso Jiménez me insistió en que yo asistiera, aunque no soy de la directiva de la Asociación. Accedí por saludar a los compañeros y, especialmente, por ver al P. Eulogio de Tiena (Antonio Lafuente) que hacía 57 años que no había vuelto a ver ni siquiera en fotografía. Lo reconocí enseguida y él también se acordaba de mí, aunque tal vez no me hubiera reconocido sin ayuda, pues soy consciente de que yo estoy mucho más cambiado que él.
    Tenía su inconfundible sonrisa de siempre y por ella lo reconocí a pesar de más de medio siglo de no haber tenido contacto alguno con él.

    Esta foto del PADRE EULOGIO DE TIENA fue tomada en aquella reunión el día 6 de Abril del año 2.014 en el convento de Padres Capuchinos de Córdoba cuando él era Guardián de la Comunidad.
    ¡QUE DESCANSE EN LA PAZ DE DIOS!
    José García Moya (Nº Registro 713)

    • Ildefonso dijo:

      Querido amigo José: Me alegro mucho de haberte animado a acudir a aquella reunión del 6 de abril. Yo insistí en que acudieras porque tenía empeño en que
      os pudiérais reencontrar después de tantos años. Me agradó mucho que ambos os reconociérais con facilidad. Parecía que no habían pasado 57 años de vuestra separación.
      Gracias por esa descripción tan natural que nos brindas y por los amables recuerdos que sobre él nos aportas. Un abrazo

  4. Alfonso Ramírez Pedrajas dijo:

    Tras leer lo que he escrito respecto a la muerte del P. Antonio y habiéndolo hecho en la prisas por lo inesperado de tal falledicmiento, se perciben errores que debía haber corregido, lo he hecho ahora al poco de haberse ya publicado en nuestra página. Lo mando de nuevo. Gracias.
    Escribo estas líneas, no como comentario a los ya precedentes de hermanos recordados y queridos siempre, sino para ampliar en la medida de lo posible la muerte del P. Eulogio -ya sabemos: P. Antonio Lafuente Moreno -, acaecida en las primeras horas del pasado sábado, día seis, cuando sólo hacía veintiocho horas de su llegada a Granada, donde fuera destinado tras el capítulo último de los Capuchinos de España.
    Al saludarle le indiqué, bromeando, que se había dado prisa para venirse de una y no sólo para, junto con los hermanos que se permanecen en Granada, responder a la consulta que nos habían pedido el Provincial y su Consejo… A las ocho de la tarde concelebramos, él y yo, la Eucaristía en la Cripta donde la tumba del Beato Lopoldo; al terminar tomó el P. Antonio el ascensor, quedándome yo recogiendo ornamentos, cerrar puertas y apagar luces. Subo a la planta donde el comedor y encuentro a P Antonio tendido en el suelo y a Fray Damián de la Rambla preguntándole, asustado, qué le pasaba y cómo se había caído, lo mismo hacía yo… Como respuesta: que sólo se había echado allí y allí lo dejáramos porque le dolía el riñón izquierdo y aquella postura lo aliviaba, sí nos pidió que le trajésemos una almohada para la cabeza, lo hice; por ser la hora de la cena acudieron los restante frailes que, sorprendieron de la escena, preguntaban.
    Llamamos de inmediato a la ambulancia, que no tardó en presentarse ya que los centros hospitalarios no distan mucho del convento. Lo sanitarios le preguntaron, tocándole la cintura y el abdomen, donde era el lugar exacto del dolor; con profesionalidad lo incorporaron para sentarlo en la silla y así bajarlo a la ambulancia y , junto con Fray Andrés, marchar hacia Urgencias del hospital Ruiz de Alda. Desde allí, donde sólo puede pasar un acompañante, el referido hermano Andrés, comunicaba las impresiones de los doctores y el resultado de cada una de las prueban que le hacían al P. Antonio.
    A eso de la una y veinte de la madrugada me llama por último el Hermano Andrés diciéndome que el resultado de la última prueba ha sido el encuentro de un aneurisma en la aorta y que, ya sedado, lo trasladan al Hospital Clínico, más especializado en este tema, para operarlo y tratar de sujetar la hemorragia. Salí desde el convento hacia este Hospital donde llegué, por estar cerca del convento, al tiempo que la ambulancia.
    Nos convocan al hermano Andrés y a mi una de la doctoras que intervendría en la operación diciéndonos que estaba grave y que la intervención quirúrgica sería a vida o muerte, dado el estado de la arteria, dilatado hasta alcanzar ocho centímetros diámetro, grave por tanto. Rezamos durante la espera por el P. Antonio, pero esperando lo peor, como así fue. A las cuatro y cuarto de la madrugada del 6 de Septiembre, todos los doctores y personal que habían tratado de mantenerlo en vida, nos anunciaron su muerte, por no haber podido contener la inmensa hemorragia, ya sumamente extendida, causa del fallecimiento, sintiendo, así lo expresaron, tener que comunicarnos tal noticia; le dimos las gracias, también sentidas, al contemplar a unas personas que, como tantas, sin mirar hora ni esfuerzo, se habían dedicado, humana y profesionalmente, a salvar una vida. Nos dijo también el doctor jefe que el aneurisma ya lo padecía, aunque el enfermo no lo supiese, alrededor de 15 años.
    Creo que nunca vivió el P. Antonio, como miembro de esta fraternidad de Granada y a las pocas hora de vivir aquí, muere, donde también murió el Beato Leopoldo y tantos religiosos queridos. Venía por tres años como mínimo, esos son nuestros cálculos de peregrinos, pero sólo Dios sabe cuando llegamos a la meta, que es El mismo, donde ya descansa para siempre y en la alegría del triunfo de la resurrección nuestro hermano Antonio.
    En la Eucaristía de exequias han estado bastantes de nosotros, y de cuantos lugares estuvo el P Antonio, como una demostración de cariño hacia él y de acompañamiento a esta comunidad, donde ha estado tan pocas horas el que ya está en el Señor por siempre.
    Fray Alfonso Ramírez Pedrajas.

  5. Antonio Galván dijo:

    Acabo de leer la triste noticia del fallecimiento del P. Eulogio y quiero expresar a la comunidad capuchina de Andalucía y a los miembros de la Asociación «Francisco de Asís» mi más profundo sentimiento de dolor. Fue uno de mis profesores, allá por los últimos cincuenta del pasado siglo, a quien tuve un gran aprecio. Descanse en paz.
    Antonio de Málaga.

  6. Ildefonso dijo:

    Querido Antonio: Me uno a tu dolor y sentimiento, que todos compartimos. Al comunicarnos esta triste noticia se te nota que el suceso te ha herido en lo más íntimo, pues así lo expresas perfectamente. Que Dios lo tenga acogido en su seno como a un verdadero
    franciscano. Descanse en Paz.
    Mi sincero pésame para tí y para todos los que le conocimos y queríamos.
    Un abrazo.

  7. José Manuel Chacón Mora dijo:

    Mi más sinceras condolencias a la familia del Padre Antonio y a toda la familia capuchina. Se nos ha ido ante todo un gran amigo muy apreciado y querido por todos. Tengo en mi memoria una gran cantidad de recuerdos y vivencias compartidas con él. Recuerdo mi reencuentro con él en mi primer Encuentro en Sanlúcar. Padre Eulogio: siempre te tendremos en nuestra memoria y en nuestro corazón. DEP.
    José Manuel Chacón Mora de Níjar

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