En la misma fecha en que san Francisco obtuvo de la Iglesia la aprobación de la «regla y vida» de su Orden, ésta celebra la fiesta de todos sus santos, de todos aquellos que, observándola, llegaron a la más alta perfección. Es la fiesta de la santidad cristiana empapada del espíritu y estilo de san Francisco.
– Oración: Dios todopoderoso y eterno, que has enriquecido a tu Iglesia con la santidad de innumerables franciscanos, concédenos a los que celebramos en una misma fiesta los méritos de todos ellos, seguir sus huellas en la tierra y obtener el premio de la salvación en el cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
CONMEMORACIÓN DE TODOS LOS DIFUNTOS DE LA ORDEN FRANCISCANA. A semejanza de la Iglesia universal, que celebra a todos los santos el 1 de noviembre y conmemora a todos los difuntos el 2 del mismo mes, la gran Familia franciscana festeja a todos sus santos el 29 de noviembre y antes recuerda a todos sus difuntos el día en que, después del 2 de noviembre, no lo impida otra celebración. San Francisco y santa Clara mandan en su correspondientes Reglas a sus hermanos y hermanas que oren por los difuntos. Este mandato, que es de aplicación constante, adquiere en esta fecha una dimensión litúrgica y universal: es el recuerdo orante de todos cuantos han seguido a Francisco y a Clara en cualquiera de sus ramas y formas.
– Oración: Oh Dios, gloria de los fieles y vida de los justos; nosotros, los redimidos por la muerte y resurrección de tu Hijo, te pedimos que acojas con bondad a nuestros hermanos franciscanos y a nuestros parientes y bienhechores difuntos, y, pues creyeron en la futura resurrección, merezcan alcanzar los gozos de la eterna bienaventuranza. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén