Los «vocacionistas» en el convento capuchino de Antequera

A las siete semanas de tener que cerrar los capuchinos.

Las puertas de Capuchinos vuelven a abrirse en Antequera tras siete semanas que los religiosos franciscanos capuchinois tuvieron que irse por falta de vocaciones. Casualidad que fuera en el domingo mundial de las misiones (DOMUND) cuando un sacerdote de Colombia y dos de Indonesia vienen a la ciudad para abrir la primera fundación de los Vocacionistas, una congregación italiana del siglo XIX.

Conrado Alonso Gómez Pérez tiene 47 años, lleva seis de sacerdote y hasta ahora ha vivido en su país, Colombia. Deja Medellín por Antequera para «buscar vocaciones, las que el Señor quiera» y abrir paso a su comunidad religiosa de la Congregación de la Sociedad de las Divinas Vocaciones, conocida como padres vocacionistas, fundada en Italia por el beato Giustino María Russolillo en 1920, al que sólo le falta la ceremonia para ser santo de la Iglesia Católica. Le ayudarán Antonius Mboi y Elvianus Nana, naturales de Indonesia, con 31 y 32 años respectivamente, quienes tras tres meses de su ordenación sacerdotal, reciben la misión de venir a España.

En una ciudad muy religiosa, conocida por el número de iglesias y tener el mayor número de conventos de clausura de la provincia, se apagan las vocaciones. La comunidad capuchina se fue en septiembre tras haber estado en ella desde 1613, siendo entonces la primera población andaluza a la que acudían. Ahora, siete semanas después, una nueva orden religiosa reabre las puertas del convento y de la parroquia de la zona de expansión residencial de la ciudad. Es de nuevo el primer lugar donde el sol alumbrará su misión, pero esta vez para toda España.

De Colombia e Indonesia a España

Llevan apenas cuatro días en Antequera, han dejado sus países donde recibieron la llamada del Señor por medio de la congregación. Ahora les toca otro país, otro continente, otra cultura para sembrar lo que recogieron en casa. El párroco lleva seis años de sacerdote y los dos ayudantes, tres meses. Tienen mucho trabajo por delante: una parroquia, tres capellanías y mantener un convento con el anterior sello capuchino.

España se suma a su casa natal, Italia, junto a Francia e Inglaterra, como países europeos; además de otras naciones de América, África y Asia. Junto a los tres religiosos, se ha desplazado provisionalmente el consejero general, el italiano Salvatore Musella, nuevo delegado de España de la congregación. Con el carisma de cultivar vocaciones, ya sean religiosas, de padres, madres, hijos, familias que quieran tener a Cristo como centro de sus vidas, inician su aventura. «Porque la vida es distinta si el Señor la guía y está presente».

Piden tiempo, el que aquí no tenemos, para conocer este país, esta diócesis, la labor que tuvieron los capuchinos y cumplir con las directrices diocesanas de atender a una amplia parroquia, la que une los barrios Girón o García Prieto con la zona residencial. Se aventuran a ejercer su pastoral en busca de «ser felices y ser santos», para lo que tendrán los ejemplos de los tres conventos que atenderán: La Victoria, Dominicas y Filipensas. Un compromiso con Dios y con el Obispado de Málaga. Así, el domingo 24 de octubre, se celebró una misa como bienvenida de la congregación. Simbólicamente, Jesús Catalá bendijo y entregó el Evangelio con el que predicarán, les entregó las llaves del templo y del sagrario y firmaron en un papel la cesión del antiguo convento y de la parroquia.

Atrás quedan sus vidas en Colombia e Indonesia, ahora empieza una experiencia en España donde tendrán la misión de que Antequera sea el referente de su congregación para abrirse más puertas en este país. Tras unos años donde las vocaciones de fuera han cubierto los vacíos de las propias, ahora empieza su desarrollo una congregación italiana, con sacerdotes de otros continentes. Todo para atender a una amplia comunidad que llevaban siete semanas sin las atenciones capuchinas que suplían las diocesanas de tener una parroquia y servicios religiosos. Todo en un domingo mundial de las misiones, donde no hubo sobre ni donativo en forma de dinero, sino en el de una congregación que viene a dar su servicio a un país que fue el origen de muchos viajes de evangelización a otros continentes.

Antonio J. Guerrero.

Publicado en Diario SUR de Málaga. Domingo 31 de Octubre 2021

 

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