El SPUTNIK: primera votación democrática

(Recreación: portada de la Revista «Sputnik Seráfico»)

 

Estoy que no me lo creo. Los cariñosos comentarios que algunos compañeros (Juan Luis Torres, Manolo Poyato y Chacón) han escrito en nuestro blog sobre mis versos  «La Oración de los Hijos» me han sorprendido gratamente, pero el comentario de José María de Otura me ha dejado en blanco, porque resulta que también él los leyó, los copió en una libreta que conserva y anotó datos que yo mismo no recordaba. Dice Otura que se publicó en el Año I, número 15, de la revista. Estos recuerdos increíbles me dan pie para hacer alguna reflexión en el Anecdotario que os comento.

Todos sabemos que, en la España de entonces, ni la ciudadanía en general, ni los religiosos capuchinos, ni nosotros los aspirantes, vivíamos una vida democrática. ¿Por qué negarlo? En Antequera se vivía en comunidad y fraternidad, muy participativa,  pero siempre obedeciendo lo ordenado en las normas capuchinas. El P, Guardián y el Director, basándose en lo reglamentariamente dispuesto, daban órdenes y se obedecían con la mayor naturalidad, sin la menor objeción.

Sin embargo, quiero comentaros un episodio que sucedió en aquel curso 59/60, y que resultó asombrosamente democrático, para aquellos años en los que la palabra democracia casi no se conocía. Y me refiero a que cuando propusimos al P. Fabián la idea de hacer una revista mural abierta a  todo el alumnado, la acogió con mucho agrado. Pero para ello había que elegir a un pequeño grupo, de entre los seráficos de entonces, que compondría el equipo de redacción para encargarse del tema. Y quiero recordar que se hizo por VOTACION ESCRITA Y SECRETA en la clase más amplia que estaba situada al final del pasillo en la zona de aulas. Me parece que en esa votación participamos todos los alumnos, menos los de primer curso que estaban recién llegados y que todavía casi no conocían a los posibles elegidos.

Y, ojo al dato, el resultado no pudo ser más equilibrado. Hubo un EMPATE A VOTOS entre JUAN DE MADRID e ILDEFONSO DE CORDOBA. Creo que fueron 38 votos cada uno. Por tanto, hubo que repetir la votación y en esa segunda ronda ya salí yo como director, por lo que Juan de Madrid quedó de subdirector. También creo que formaron parte del equipo José Antonio de El Viso (dibujante de lujo), Manuel R. Rey de Las Minas, Alfonso R. Peralbo de El Viso,  Rafael Pozo de Puente Genil y José Polo de Cortegana. Este último compañero era un mecanógrafo magnífico, el único que en todo el colegio manejaba la máquina tecleando con todos los dedos y a unas pulsaciones envidiables. Sobre él recaía la pesada tarea de mecanografiar todos los artículos que fueron saliendo en aquellos folios a dos o tres columnas en los que también se nos anunciaba la película que se iba a proyectar la siguiente semana.

Esta es la anécdota. Que en nuestro Colegio de Antequera nos anticipamos 20 años a la democracia y los seráficos tuvimos la primera votación libre, por escrito y secreta, sobre este tema concreto. Aquella votación fue presidida y escrutada por el P. Fabián exclusivamente.

Quizás he omitido algún nombre de aquel equipo y algún dato más, pero es que no lo recuerdo. Si alguno, como Otura, conserva memoria de algún detalle más, que lo aporte, por favor.

Un abrazo con Paz y Bien para todos.

Ildefonso de Córdoba.

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7 respuestas a El SPUTNIK: primera votación democrática

  1. Alfonso Ramírez Pedrajas dijo:

    Escribo estas líneas, no como comentario a los ya precedentes de hermanos recordados y queridos siempre, sino para ampliar en la medida de lo posible la muerte del P. Eulogio -ya sabemos: P. Antonio Lafuente Moreno -, acaecida en las primeras horas del pasado sábado, día seis, cuando sólo hacía veintiocho horas de su llegada a Granada, donde fuera destinado tras el capítulo último de los Capuchinos de España. Al saludarlo le indiqué, bromeando, que se había dado prisa para venirse de una y no sólo para, junto con los hermanos que permanecen en Granada, responder a la consulta que nos habían pedido el Provincial y su Consejo. A las ocho de la tarde concelebramos él y yo la Eucaristía en la Cripta de la tumba del Beato Lopoldo; tomó el P. Antonio el ascensor, quedándome yo para recoger ornamentos, cerrar puertas y apagar luces.
    Subí a la planta de el comedor y lo encuentro tendido en el suelo y a Fray Damián
    de la Rambla preguntándole, asustado, qué le pasaba y cómo se había caído, lo mismo hacía yo… como respuesta: que sólo se había echado allí y que lo dejáramos allí porque le dolía el riñón izquierdo… me pidió que le trajese una almohada para la cabeza, lo hice, y por ser la hora de la cena acudieron los restante frailes que se sorprendieron de la escena. Llamamos de inmediato a la ambulancia que no tardó en presentarse pues los centros hospitalarios están cerca; le preguntaron tocándole la cintura y el abdomen dónde era el lugar exacto del dolor; con profesionalidad lo incorporó para sentarlo en la silla y bajarlo a la ambulancia y, junto con Fray Andrés, marchar hacia Urgencia de Ruiz de Alda, hospital central. Desde allí, donde sólo puede pasar un acompañante, el referido hermano comunicaba las impresiones de los doctores y el resultado de cada una de las pruebas que le hacían al P. Antonio. A eso de la una y veinte de la madrugada me llama por último el Hermano Andrés diciéndome que el resultado de la última prueba ha sido el encuentro de un aneurisma en la aorta y que, ya sedado, lo trasladan al Hospital Clínico, más especializado en este tema para operarlo y tratar de sujetar la hemorragia. Salí desde el convento hacia este Hospital donde llegué por estar cerca del convento al tiempo que la ambulancia.
    Nos convoca a Andrés y a mi una de la doctoras que intervendría en la operación diciéndonos que estaba grave y que la intervención quirúrgica sería a vida o muerte, dada la situación de la arteria, ocho centímetros de diámetro, grave por tanto. Rezamos durante la espera por el P. Antonio, pero esperando lo peor, como así fue. A las cuatro y cuarto de la madrugada del 6 de Septiembre, todos los doctores y personal que habían tratado de mantenerlo en vida, nos anunciaron su muerte por no haber podido contener la inmensa hemorragia, ya sumamente extendida, y que había sido la causa de su fallecimiento, sintiendo, así lo expresaron, tener que comunicarnos la noticia; les dimos las gracias, también sentidas, por contemplar a unas personas, como tantas, que sin mirar hora ni esfuerzo, se habían dedicado, humana y profesionalmente, a salvar una vida. Nos dijo también que el aneurisma hacia que lo tenía alrededor de 15 años, situación, creo que ni sabía Antonio…
    Creo que nunca vivió el P. Antonio, como miembro de esta fraternidad de Granada y a las pocas horas de vivir aquí, muere, donde también murió el Beato Leopoldo y tantos religiosos queridos. Venía por tres años como mínimo, esos nuestros cálculos de peregrinos, pero sólo Dios sabe cuando llegamos a la meta, que es El mismo, donde ya descansa para siempre, y en la alegría del triunfo de la resurrección, meta de todos, nuestro hermano Antonio.
    En la Eucaristía de exequias han estado bastantes de los nuestros, y de cuantos lugares estuvo el P Antonio, como una demostración de cariño hacia él y de acompañamiento a esta comunidad, donde ha estado tan pocas horas el que ya está en el Señor por siempre.
    Fray Alfonso Ramírez Pedrajas.

  2. Ángel González Antúnez (Angelín de Sevilla) dijo:

    Como anécdota y en consonancia con la nuestra democrática, también
    hubo otra nacional, la cual también, los frescos procedentes del suroes-
    te de España dónde reinaban, la denominaron «democrática». Ésta vo-
    tación la tuvimos que hacer los mayores de edad, entre los que me en-
    contraba por tener la susodicha.
    Rodó por el seminario un «adagio» callejero, que por Villanueva del Tra-
    buco corría como la pólvora, «Franco el Trabuco te espera». Cómo ya es-
    taba trazado por donde debía circular, pasó por este pueblo, rodeado de
    su escolta personal, como una exhalación.
    Así se supo, así se contó y yo lo recuerdo como una de las anécdotas de
    más jocosidad, amén de otras, que iré contando, poco a poco, para no a-
    burriros mucho. Más o menos como la publicidad de nuestro «Sputnik
    Seráfico». ¿Era mensual?.
    Posteriormente un sacerdote nuestro, P.Buenaventura de Sevilla (José
    Araujo?), párroco de una iglesia de Cádiz tuvo todos los domingos vigi-
    lantes de sus predicaciones dentro de las Santas Misas. Era el sistema
    y que hoy día se ha vuelto a detectar contra el Director de «El Mundo»,
    Pedro J. Ramírez.
    Saludos y abrazos de vuestro hermano: Amor y Paz

  3. José Manuel Chacón Mora dijo:

    Efectivamente el » Sputnik Seráfico » era una revista mural (que era un tablón de anuncios acristalado) y que se ubicaba en la parte derecha del Salón de Estudio de los pequeños, nada más entrar al mismo. En sus artículos quedaba reflejada la cotidianidad del Seminario y dejaba entrever las inquietudes literarias de muchos compañeros. En breve, voy a aportar un pequeño artículo sobre este tema y por este motivo, no quiero extenderme más en mi comentario. Saludos.
    José Manuel Chacón Mora de Níjar.

  4. baldo maya dijo:

    ¡Qué de cosas se aprenden con las noticias que aparecen!
    Yo creo que alguna poesía mía se publicó en la revista y me encantaba el cine. No sabia lo de la censura y los recortes….porque las pelis que nos ponían eran tan inocentes que si las miro desde hoy, retrospectivamente, … El Jorobado, Locura de amor de Aurora Bautista, Anastasia, Los caballeros de la mesa redonda…..etc….son algunas que creo recordar, otras se veían en los cines de Antequera (¿el Ideal? ¿el Torcal?) de Marisol, Los Diez Mandamientos…..que desde luego no se podían cortar.Luego… me pregunto ¿esa censura era antes del aggiornamento del Post concilio?
    Os abrazo con cercanía.

  5. Manuel Poyato Jiménez dijo:

    De nuevo Ildefonso nos transporta al pasado y nos recuerda episodios de nuestra vida que parecen estar aquí. Otra vez, gracias.
    Eramos muchos a los que esa revista nos gustaba. Quiero recordar que se publicaba en una especie de tablón de anuncios ubicado nada más subir las escaleras y traspasar la puerta que daba acceso al salón de estudios de los pequeños, a mano derecha. ¿Me lo puede confirmar o corregir alguien?.
    En el precioso y preciso relato de Ildefonso, menciona que en la revista se anunciaba la película de la semana siguiente y el comentario de Juan Luis señala lo pendientes que estábamos de esas películas. Al hilo de esto, me ha venido a la memoria algo que yo hacía y que me gustaría saber si se hizo antes o se continuó haciendo después.Cuando yo tuve encomendada la tarea de poner la música al despertarnos los días festivos y proyectar la película cuando la había, se hacía lo siguiente: antes de la proyección para nosotros, había un pase especial para los Padres. Tenía lugar en una habitación que estaba en el lateral que daba a la huerta. Allí, provisto de tijeras y un bote con acetona, se iniciaba la proyección. Cuando (también de forma muy «democrática», puesto que decidía cualquiera de los Pades presentes) existía alguna escena no apta, a criterio de uno de los censores, se paraba; se cortaba la parte de cinta necesaria; se raspaban las puntas y se pegaban con acetona. Yo entonces, veía aquello como lo más normal del mundo. Después me he preguntado alguna vez, cómo, tratándose de películas alquiladas o cedidas, pero que había que devolver, se podían dar cortes a las cintas, sin más. Supongo que a medida que fueran pasando por los distintos centros su duración se iría restringiendo.
    Un abrazo para todos.

    Manolo «Zuheros».

    • Ildefonso dijo:

      Confirmado. Manolo, has señalado el sitio exacto en donde se colgaba el tablón de
      la revista. Con respecto al «corta y pega» de las películas no te puedo dar referencias porque esa labor debía formar parte del «secreto profesional» impuesto a los operadores de cámara y ayudantes. Seguramente que Antonio Galván de Málaga, que se tiró algunos años en el oficio, no los podrá confirmar.
      Un abrazo

  6. Juan Luis Torres de Alcolea del Rio dijo:

    Amigos mios, bonitos los recuerdos de nuestra infancia en nuestro entrañable colegio de Antequera. Yo, lo de la revista Sputnik, no lo tengo muy claro al detalle, aunque sí recuerdo lo pendientes que estábamos de la pelicula semanal y de Stan Laurel y Oliver Hardy, que nos hacían reir con sus ocurrencias y siempre tenían sus magníficos imitadores como el yeta, por ejemplo.
    Cómo no iba a estar nuestro amigo Ildefonso y Juan de Madrid, que en p.d., metidos en el ajo, pues eran genios para todo.
    Respecto a lo que comentáis de vivir en democracia y practicar con hechos, el comunismo que nos enseñó Jesucristo y no la burda imitación que han hecho otros, siempre pongo como ejemplo, cuando el P. Fabián, de los paquetillos que nos mandaban de casa, iba reuniendo en su celda, un chorizillo de allí y otra tableta de chocolate de allá, hasta que, cuando llegaba el buen tiempo, nos dábamos una buena merienda en la cañada, cerca del actual Hotel La Magdalena.
    Esta era una de las muchas vivencias de nuestra época que permanecen en el recuerdo y además, con la situación por la que muchas criaturas están pasando, reviven aquellos tiempos difíciles, pues recordareis que si no hubiera sido por nuestros bienhechores, no se yo cómo lo habríamos pasado.
    Esperemos que el Señor ilumine o fulmine a los que deben de darle solución a tanto desbarajuste. Amén.

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