Comunicado del Presidente de la Asociación

ASOCIACIÓN FRANCISCO DE ASÍS DE LOS ANTIGUOS ALUMNOS DEL SEMINARIO SERÁFICO DE LOS HH.MM. CAPUCHINOS DE ANDALUCÍA

Queridos hermanos:
Ante la preocupación de muchos compañeros, en la que me incluyo personalmente, antiguos alumnos del Seminario Seráfico de Antequera, por la noticia del cierre del Convento, puesto en contacto con nuestro Director Espiritual, Fray Diego Díaz Guerrero, me indica que en principio, lo que hay previsto es el estudio de una posible cesión a alguna entidad benéfica, asociación, ONG, aún por determinar, que aún, cuando se decidiera, conllevaría una serie de trámites y requisitos que podría tardar años en hacerse efectivo.
Ciertamente, la zona del antiguo Seminario Seráfico, al no haber vocaciones y los Padres Capuchinos cada vez son menos y ya con avanzada edad, independientemente del coste que supone el mantenimiento de las instalaciones, es imposible sostenerlo y atenderlo.
Lógicamente, nos produce un sentimiento de pena y añoranza al tener conocimiento de esta noticia, apegándonos a lo que nos duele y queremos. Además, como dice fray Fernando Linares en su exposición en nuestro blog, es “… para nosotros, Antequera más que centro ha sido corazón y biografía, sentimientos e historia, y, sobre todo plataforma de muchos y diversos compromisos pastorales”.
En cuanto al Convento, (Iglesia y Convento) no se cierra ni se cede, seguiría con culto, como hasta ahora, atendido por los Hermanos Capuchinos de Granada y Córdoba, al igual que se viene haciendo con el convento de Jerez de la Frontera, que tras años anunciando su clausura, aún sigue atendido por los hermanos del convento de Sanlúcar de Barrameda.
Me indica nuestro Director Espiritual, que la Asociación de los Antiguos Alumnos Capuchinos, podrán seguir celebrando sus asambleas y encuentros en Antequera, bien en la zona del antiguo Seminario, de acuerdo con la entidad que lo estuviera gestionando, si ya estuviese cedido, o bien, siempre podremos contar con la iglesia y zona del convento, como se ha hecho en alguna otra ocasión.
Con estas palabras, quisiera enviaros un mensaje de tranquilidad en nombre de nuestro Director Espiritual.
Creo que en el próximo encuentro, previsto para el 30 de octubre en Córdoba, será un tema obligado para comentar.
Recordemos compañeros que, Cristo está donde estemos nosotros reunidos en su
Nombre, al igual que el espíritu franciscano.
¡Ánimo y Esperanza!

Un abrazo
Antonio Sancho Pedreño

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Fraternidades Capuchinas en Andalucía Trienio 2020-2023

CÓRDOBA

a) Actividades: Fraternidad que tiene estos espacios de vida: Atención a la iglesia de culto, a las capellanías y a dos Hermandades; acompañamiento y acogida a las personas que se acercan en necesidad.

b) Hermanos:

Hno. Juan Jesús Linares Fernández,

Hno. Miguel Pavón Zunino,

Hno. Francisco Martínez Melero,

Hno. José Manuel Álvarez Fajardo.

GRANADA

a) Actividades: Fraternidad que tiene estos espacios de vida: Atención a la parroquia; atención al santuario de Fray Leopoldo; acompañamiento a la obra social fray Leopoldo y a la Residencia-Hogar de ancianos; acompañar al Patronato Fray Leopoldo; cuidado de la enfermería.

b) Hermanos:

Hno. Florencio Arellano Guerrero,

Hno. Fabián Llergo Pulido,

Hno. José Antonio Márquez Pavón,

Hno. Antonio Carrasco Hurtado,

Hno. Damián González Ruz,

Hno. Martiniano Pérez Montero,

Hno. Diego Díaz Guerrero,

Hno. Alfonso Ramírez Peralbo,

Hno. Juan José Murcia Tudela,

Hno. Antonio Ruiz de Castroviejo Alba,

Hno. Ismael Medina Díez,

Hno. Emilio Rodríguez Sosa,

Hno. Juan Aguilera de la Torre.

SANLÚCAR DE BARRAMEDA

a) Actividades: Fraternidad que tiene estos espacios de vida: Atención a la iglesia de culto del convento; atención a la parroquia de Ntra. Sra. de los Ángeles situada en un barrio periférico; atención a dos capellanías y a la iglesia de Jerez de la Frontera, mientras se mantenga esta casa.

b) Hermanos:

Hno. José Martín González,

Hno. Fidencio Mazuelas Herrero,

Hno. Víctor Marcos de Pedro,

Hno. Laureano López Fermín,

Hno. Raúl Sánchez Flores.

SEVILLA

a) Actividades: Fraternidad que tiene estos espacios de vida: atención a la parroquia y a la capilla de San José; atención a las capellanías; cuidado y mantenimiento del patrimonio histórico (biblioteca, archivo, museo).

b) Hermanos:

Hno. Rafael Pozo Bascón,

Hno. Alfonso Jiménez Santos,

Hno. Fernando Linares Fernández,

Hno. José María González Lora,

Hno. Juan José Fernández Santiago,

Hno. Eduardo Rodríguez Márquez,

Hno. Andrés Verdugo Cabas,

Hno. Antonio Vázquez Ruiz.

(Extraido de la Revista «Punto de Encuentro«, nº 148. Mayo, 2021)

 

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El enfermero de Fray Leopoldo

Por mucho que vista de paisano se le nota enseguida un deje de fraile enclaustrado que no ha perdido del todo la compostura monástica. Muy amable y cachazudo, tiene bien catalogadas en el fiel archivo de su vida los conventos en los que ha estado, las ocupaciones que ha tenido y los frailes con los que ha pasado prácticamente toda su existencia. Ya nonagenario, los recuerdos se le agolpan en su mente de tal manera que a veces se le saltan las lágrimas por tanto que ha perdido. Se llama Francisco González Ruz, pero eso casi nadie lo sabe porque todo el mundo lo conoce por Fray Damián de la Rambla. Damián, por el misionero belga del mismo nombre y La Rambla, porque nació en ese pueblecito cordobés hace ya 92 años.

¿Por qué este fraile ha llamado la atención del periodista? Porque es la única persona que queda viva en Granada de los que atendió a Fray Leopoldo, el último enfermero, el que le dio las últimas gachas al de Alpandeire, de cuya muerte se han cumplido 65 años el pasado mes de febrero.

La sencillez es la cualidad que Fray Damián destaca del popular beato, aquel que tantos seguidores tiene en Granada. Le digo a Fray Damián que, si Fray Leopoldo viviera hoy y tuviera una cuenta en Twitter, arrasaría en las redes sociales. Y él, que no entiende de nuevas tecnologías, me habla de la gran cantidad de gente que va por el convento de Divina Pastora para adquirir alguna estampa o algún objeto en el que se vea el beato. También me habla de los parroquianos que discurren por la cripta para pasar por encima el décimo de lotería que han comprado cuatro casas más abajo. «El lotero es el que sin duda sale ganando», dice con cierta ironía fray Damián.

La memoria le falla bastante al fraile nonagenario, aunque sospecho que prefiere ya no acordarse de casi nada. «A esta edad se olvida todo menos lo que quieres que se te olvide», dice con esa beatífica sonrisa que casi siempre está en su rostro. En algunos escritos que ha publicado relata sus vivencias con el de Alpandeire. Recuerda Fray Damián que Fray Leopoldo era una persona que comía muy poco y siempre cosas muy frugales.

«Como enfermero suyo en aquel tiempo, veía lo parco que era en su comida. Un día pensé cambiarle algo la dieta y le hice unas gachas que recordé hacía mi madre. Cuando fui a retirarle el plato le pregunté si le habían gustado. Muy agradecido me respondió: Hermano, estaban riquísimas, pero, si las haces otra vez, no le eches tantas cosas”. «Las gachas solo tenían harina, agua, azúcar, matalahúva y pan frito. Bueno, pues para él eso eran muchos ingredientes para unas gachas»

La pescadilla

Él tenía 27 años solo cuando conoció a Fray Leopoldo y le encomendaron que fuera quien lo cuidara cuando ya apenas se levantaba de la cama. Las anécdotas sobre la parquedad en la comida del beato, las ha recogido Fray Damián en sus escritos. Cuenta que un día un novicio, Fray Jacinto, fue a llevarle una pescadilla muy fresca que alguien había regalado a la comunidad. Fray Leopoldo la rechazó diciendo que esa comida tan exquisita no correspondía a un pobrecillo fraile como él. Luego, por la tarde, fue al padre guardián a decirle que le impusiera una penitencia por creer haber rechazado la caridad y por haber escandalizado al novicio que le llevó la pescadilla. El padre guardián le dijo que rezara tres aves marías. «Padre, eso no es una penitencia, eso es un premio», le dijo fray Leopoldo.

Fray Damián dice que Fray Leopoldo era muy dado a la mortificación de los sentidos y que a veces tenía repuntes de mal carácter, pero que, cuando eso sucedía, enseguida buscaba un camino para calmar su espíritu. Cuenta que un día tuvo un encontronazo fuerte con otro fraile que le había arrancado unas matas de parra que él había plantado. Se pusieron a discutir, pero enseguida el beato se calmó, fue hacia el otro fraile y le dijo: «Hermano, vamos a irnos a nuestras obligaciones que el demonio quiere sacar partido de esto».

El padre de fray Damián de La Rambla era carpintero y su madre modista. Recuerda que, cuando era muy pequeño, su familia se trasladó a Madrid, a donde le pilló la Guerra Civil. Dice que tenía 7 años cuando pasó aquello y que recuerda las grandes carreras que le obligaban a hacer sus padres cada vez que tenían que ir a esconderse a un refugio. «¿Sabe lo que más recuerdo? A mi padre llevarme en brazos corriendo para protegernos de las bombas que tiraban los aviones y yo ver el suelo lleno de zapatos que perdían los que corrían. Y a mi madre despertarme en mitad de la noche y decirme que nos íbamos corriendo al refugio. Eso es lo que más recuerdo».

Comenta Fray Damián que a él la vocación de ser fraile le vino muy temprano, aunque lo que quería ser es franciscano en vez de capuchino. Dice que enseguida fue destinado a la provincia Andalucía y que además de Granada ha estado, que él se acuerde, en Sevilla, Sanlúcar de Bda. y las Islas Canarias. Ahora es el portero del convento en el que está la cripta de Fray Leopoldo, pero ha pasado por todos los estatus posibles en la orden. «Durante un tiempo estuve de pedigüeño o limosnero andariego, como Fray Leopoldo. Ahora he visto en Granada que hay mucha gente pidiendo por las calles, pero antes se pedía por hambre», dice fray Damián. También reconoce que, aunque la fama la tiene fray Leopoldo, ha habido frailes en la comunidad que han hecho mucho bien. «Me acuerdo, por ejemplo, de Fray Félix de Lanteira. Era un hombre tan sencillo y humano que los que empezábamos lo teníamos como ejemplo a seguir».

A Fray Damián se le encharcan a menudo los ojos de lágrimas cuando recuerda el tiempo que se ha ido. Es la resignación la virtud que siempre reclama con su mirada. Esa misma mirada que vio en Fray Leopoldo cuando una noche estuvo charlando con él después del rezo. «Rezamos los dos para conseguir esa perseverancia que toda vida necesita. Le dije que yo era joven y que necesitaba más esa perseverancia que él, que era ya viejo. Entonces va y me dice: ‘No creas, a mí el diablo me tienta más ahora que cuando era joven’. Lo que admiré de él fue la gran tranquilidad con la que se enfrentó a la muerte».

 

Andrés Cárdenas, “GRANADA HOY” en Punto de Encuentro, nº 148. 2021

 

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Crónica “apresurada” de Antequera

Leemos en las tablas, que acaban de llegarnos hoy, vigilia de Pentecostés de 2021, que Antequera se cierra. La noticia la recibo precisamente en Antequera. Y empiezo a escribir sin orden en la tableta que empiezo a llamar Dolores.

Centro geográfico de Andalucía, su Vega separa la Bética de la Penibética. Para nosotros, Antequera más que centro ha sido corazón y biografía, sentimientos e historia, y, sobre todo plataforma de muchos y diversos compromisos pastorales.

El viejo convento costó Dios y ayuda fundarlo en el siglo XVII por los capuchinos de Castilla, que no tuvieron tantos prejuicios como doña Teresa de Ahumada para aterrizar en Andalucía. La primera presencia la instalaron nuestros antiguos hermanos cerca del Torcal, el lugar con más viento de la región; allí padecieron levantes, ponientes, neumonías, tisis y otros accidentes que los obligaron a trasladarse a un emplazamiento más saludable: el convento que ha llegado hasta nosotros.

Tras la exclaustración decimonónica, también fue dificultosa la restauración de la Orden en el edificio que, cuarenta años antes, había pasado a manos particulares. La tarea de recuperarlo nos ha llegado envuelta en leyendas que solamente en parte son verdad. Se nos ha contado, con categorías románticas, que la refundación se debió a una presión, la ejercida por la prometida de D. Francisco de Paula Romero Robledo sobre su ilustre novio, varias veces ministro de la Gobernación y de Gracia y Justicia, para que consiguiera del rey viudo Alfonso XII el permiso de fundar en su ciudad. La prometida veraneaba en Biarritz, como corresponde a la alta burguesía, y se dirigía espiritualmente con un capuchino de Bayona, el cual sería el que, vía confesionario (¡Qué mala idea tiene la leyenda!), induciría a su penitente a entrar en el juego restaurador. Este rollo es, sin duda, un argumento novelesco que no corresponde a la realidad.

Galdós retrata a Romero Robledo, “el pollo antequerano”, como guapo, rico, simpático, elegante, culto, de labia brillante y siempre a flote como la espuma; es la única vez que don Benito introduce en una de sus obras (“Cánovas” en este caso) a un andaluz retratándolo con tanta cualidad positiva, posiblemente porque el “pollo” más dandy de Madrid ofrecía como contrapartida el ser llamado también “el gran elector” (“Aseguro a Vuestra Majestad – le dijo impúdicamente al rey- que en las próximas elecciones no votarán los enemigos de la monarquía”). Maestro de torear presiones y de aceptarlas, pero siempre con beneficio político, cocinero de estadísticas de votantes solo superado hoy por las cocinas de la Moncloa. En cuanto a “su prometida”, ¿de quién se trata? Era público que cambiaba de “prometida” con mucha frecuencia y eran famosas sus fiestas (“francachelas” las llamaba Silvela) en su palacete de Madrid, no precisamente para pedir al Señor la restauración de los capuchinos en España. Por otra parte, contrajo matrimonio con una hija de un multimillonario cubano, a los 36 años, cuando había dejado ser “pollo” y era reconocido como gallo de pelea. No creo que esta señora, hija del magnate del azúcar y defensor de la esclavitud, pues eran esclavos los que trabajaban en sus ingenios azucareros, necesitara ayuda espiritual de un capuchino exclaustrado.

La verdad es que leyendo las cartas del obispo de Cádiz P. Félix Arriete, que había sido capuchino (P. Félix Mª de Cádiz), sobre el tema de la restauración de la Orden en España, sabemos que fue una negociación larga y difícil y que se barajaron varios lugares. Aquí es posible que el ministro optara por aceptar la instalación en su ciudad del primer convento religioso. Dice el obispo Arriete: “Cuidado que esos políticos no vayan a engañarnos, pues no me fío de ninguno”.

Obtenido el permiso regio para refundar Antequera, todo se compró (Romero Robledo no dio ni una limosna que se sepa, bastante tenía con atender al rey y a otros ilustres invitados en su casa de El Romeral, hoy convertida en centro especializado en “eventos”).

Se empezó por la casa de los patronos, adjunta a la iglesia; más adelante pudo adquirirse el convento propiamente dicho y la huerta (“Consigan pronto lo de Antequera”, aconseja el P. General Bernardo de Andermatt). Aparecen ya, a principios del siglo XX, un grupo de seráficos que se retratan alrededor del P. Ambrosio de Valencina (uno de ellos sería el santo obispo Leopoldo de Ubrique, al que Vargas Llosa convierte en héroe en su novela “La muerte del chivo”, donde lo trata como uno de los pocos opositores al dictador dominicano Trujillo).

En la vieja hospedería se edifica el Seminario Seráfico, bien entrado el siglo XX, bajo la dirección del malogrado P. Pablo de Ardales, aunque la fama se la llevó su primo hermano, P. Juan Bautista, que era el Provincial.

En 1936 y en las puertas del convento ofrecieron su vida al Señor nuestros Mártires, des-pués de meses de acoso psicológico y persecución “científicamente” estudiada. Hemos llegado a conocer algunos supervivientes de la masacre: PP. Jerónimo de Málaga, Sebastián de Villaviciosa y Manuel de Pedrera, que nunca llegaron a asimilar la experiencia vivida, y Sebastián, en depresiones periódicas, se consideraba rechazado de Dios por haberlo librado del martirio. Años más tarde, Guerrero de Güejar Sierra, uno de aquellos niños testigos de la muerte cruel de sus profesores, me comunicaba que todavía sufría terrores nocturnos. ¡Y ya era padre de familia! Habían pasado muchos años, pero el reloj del terror se detiene en la hora del horror sufrido. Nuestros Mártires, hoy Beatos, reposan en su capilla de culto en la iglesia.

Después de la guerra civil, aumento de vocaciones. En los años 60 hay que ampliar el seminario. Nadie sospechó que ya era tarde y que en algunos países había comenzado la llamada crisis vocacional. Aquí no había plena conciencia de dicho cambio de paradigma en la vida religiosa, y la muestra está en el siguiente dato: hay conservados en el archivo distintos proyectos para el seminario, todos ellos en direcciones diferentes, y a veces contrapuestas. Por si faltaba ilusión y espacios, se compró en estos años el llamado “solar de Cámara” para campo de deportes; este solar había sido la granja conventual antes de la exclaustración. El último proyecto es heroico, data de finales de los 70, y en él se decide que los niños de bachiller pasen a estudiar al Instituto de Segunda Enseñanza, quedándose a cursar estudios en casa solamente los seráficos de EGB. El último alumno, con el que se cerró el Seminario, natural de Huelva, no pidió pasar a la siguiente etapa de formación y actualmente es profesor de Patrística en el Centro de Estudios Teológicos de Lima.

Antequera también fue sede de Postulantado y Noviciado hasta hace relativamente poco tiempo. Los novicios empezaron a convertir en jardín el ala norte del solar o campo de deportes, que era un pedregal. Los escépticos de entonces que opinábamos la tarea como imposible, hoy reconocemos que el jardín de los novicios tiene los cipreses y pinos mediterráneos superando en altura al edificio conventual; no pueden faltar higueras, “el más hermoso de los árboles del huerto”, ni parterres sembrados (que faltando Paco ya no se siembran), ni parrales, ni macizos de espliego y romero. La solanera de antaño, hoy ofrece sombra y pájaros… y gatos cazadores.

Espero que no falte una cumplida crónica de este convento que se va a cerrar. A mí se me ha hecho tarde. El crepúsculo en Antequera es muy largo y el Torcal luce esas nubes que aquí llaman “blandura”, que vienen de la costa arrastrándose por los montes (para unos los van lamiendo, o besándolos para otros) hasta desaparecer. Por si me faltaba algo, me acompaña Cesaría Évora con su lamento de que no hay camino que la conduzca a San Tomé.

Hno. Fernando Linares Fernández

«Punto de Encuentro«. Nº 148. Mayo 2021, pags. 16-18.

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Próximo XIV Encuentro de Antiguos Alumnos en Córdoba


XIV ENCUENTRO EN CORDOBA 2021

La asamblea celebrada en 2019 en Antequera, acordó que el siguiente Encuentro se celebrase en la ciudad de Córdoba y durante un solo día.
Dando cumplimiento a la decisión de dicha Asamblea, dicho Encuentro iba a celebrarse en sábado, día 23 de mayo de 2020, y que por problemas por todos conocidos en relación al COVID-19, decidió aplazarse, posponiéndola para el sábado día 24 de octubre en el mismo lugar, pero la pandemia seguía azotando a la ciudadanía y, por ello, nuevamente se decidió posponerla sin fecha.
Actualmente, la situación sanitaria nacional ha cambiado notablemente por la vacunación masiva frente al COVID-19, y es por ello, por lo que nos hemos animado a celebrar este Encuentro en el próximo día 30 de octubre del actual, sábado,  en la misma ciudad de Córdoba, previendo que, para esta fecha, los Antiguos Alumnos estaremos inmunizados ante el virus.
Igualmente, se recuerda, según decisión de la Asamblea, que el acompañante del antiguo alumno, solo abonará el 50% de su cubierto de la comida del sábado día 30.

PROGRAMA:
SÁBADO, DÍA 30 DE OCTUBRE DE 2021
10:00 h. Encuentro en el Convento de Capuchinos de Córdoba.
10:30 h. Asamblea General:
Saludo de bienvenida por el Padre Guardián del Convento.
Intervención del Presidente de la Asociación.
Designación del próximo Encuentro.
Ruegos y preguntas.
Intervención de Fray Diego Díaz Guerrero, Director Espiritual.
11:30 h. LA HUELLA DE LOS PADRES CAPUCHINOS EN TU VIDA.
Fray Francisco Martínez Melero “Padre Paco”
12:00 h. Ciclo “San Francisco de Asís en nuestros días”.
Conferencia: “Los Capuchinos y Córdoba”.
Profesor: D. Carlos Rico Mesa, Licenciado en Historia del Arte.
13:00 h. Celebración de la Eucaristía.
14:30 h. Almuerzo en el Hotel Maciá Alfaros, en calle Alfaros, 18.

MENÚ:

Aperitivos de bienvenida

Loncheado de Jamón Ibérico de los Pedroches
Queso Viejo de Oveja Curado con Pasas de Corinto
Salmorejo con Crujiente de Berenjena
Albondiguitas de Choco
Cartuchitos de Pulpo Frito

Timbal de Berenjena y Marisco con Salsa de Gambas
Tronco de Solomillo de Cerdo, Reducción de Frutos Rojos y Patatas Gratén
Pastel cordobés
Café
Bodega
Cerveza
Fino Montilla-Moriles
Blanco D.O. Rueda
Tinto Rioja Crianza
Refrescos
Agua Mineral

Precio por persona 35´00 euros

Precio del acompañante 17’50 euros

NOTA INFORMATIVA.
Los compañeros interesados en alojarse para el Encuentro, os recomiendo hacerlo lo antes posible.
HOTEL MACIÁ ALFAROS, C/ ALFAROS, 18,
El teléfono 957 491920.

HOSTAL RONDA:
40´00 euros, cama doble. Solo alojamiento.
Llamar de 9 a 11 de la mañana. Preguntar por Enrique.
Tlf. 957-480250. (Cerca de Capuchinos).

HOTEL SOHO BOUTIQUE CAPUCHINOS.
Del 29 al 31/10/21: 244´00 euros. Solo alojamiento.
Solo el día 29/10 al 30/10: 115´00 euros. Solo alojamiento.
Solo el día 30/10 al 31/10: 129´00 euros. Solo alojamiento.
Plaza de Capuchinos. C/ Conde de Torres Cabrera, 32
Tlf. 957 789202

……………………………..

El abono de las comidas, deberá hacerse efectivo en La Caixa, número de cuenta ES33 2100 8694 6123 0003 2239 a nombre de Asociación Antiguos Alumnos Capuchinos de Andalucía.
Por favor, indicad el nombre del antiguo alumno y número de comensales. Agradecería que hagáis los ingresos a la mayor brevedad, ya que debemos adelantar un depósito y concertar el número de comensales.
La fecha límite de inscripción es el martes, día 20 de octubre.
Por indicación del restaurante donde se celebrará el almuerzo, informo que posterior a esta fecha, no se podrá incluir a ningún comensal más. Es por ello que se ruega no esperar al último día para confirmar la asistencia.
Muchas gracias.

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San Juan XXIII

SAN JUAN XXIII, papa de 1958 a 1963. Angelo Giuseppe Roncalli nació en Soto il Monte (Bérgamo) el año 1881 en el seno de una modesta familia campesina. A los 11 años entró en el seminario diocesano y después fue alumno del Pontificio Seminario Romano. Recibió la ordenación sacerdotal en 1904. Fue secretario de su obispo G. M. Tedeschi hasta que, en 1921, inició su servicio a la Santa Sede en las Obras Pontificias de la Propagación de la Fe. Después el Papa lo nombró representante de la Santa Sede en Bulgaria, en Turquía y Grecia, en 1944 Nuncio Apostólico en Francia y en 1953 Patriarca de Venecia.

El año 1958, a la muerte de Pío XII, fue elegido Papa. Durante su pontificado convocó el Sínodo Romano, instituyó la Comisión para la revisión del Código de Derecho Canónico y sobre todo convocó el Concilio Vaticano II. Hombre sencillo y amigo de todos, que cautivó por la bondad de su corazón, el «Papa bueno», trató de infundir en todos la caridad cristiana y de promover la paz entre los pueblos. Profesó una gran devoción a san Francisco de Asís y era terciario franciscano.

Murió el 3 de junio de 1963 y fue canonizado el 27-IV-2014. Su memoria se celebra el 11 de octubre, aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II.

Oración: Dios Todopoderoso y eterno, que en el beato Juan XXIII, papa, has hecho resplandecer para todo el mundo el ejemplo de un buen pastor, concédenos, por su intercesión, difundir con alegría la plenitud de la caridad cristiana. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

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Sobre los Capuchinos

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Muere Hans Küng, teólogo católico

Hans Küng, el teólogo más ‘católico’ pese a sus disputas con el Vaticano

Pese a morir sin el título de “teólogo católico”, que el Vaticano le retiró con gran parafernalia en 1979, Hans Küng es, sin duda, el teólogo católico más importante de la Iglesia romana contemporánea. Empleo la palabra ‘católico’ en su origen griego, es decir, katholikos, que significa “universal”. Nadie, salvo el Papa, ha tenido más voz en el cristianismo romano que este intelectual suizo, cuyas obras, traducidas a medio centenar de idiomas, han sido leídas en todo el mundo. Había nacido en Sursee (Suiza) en 1928; fue profesor de Teología en la Universidad de Tubinga (Alemania); marcó con sus primeros escritos la agenda reformista del Concilio Vaticano II (1962-1965), y deslumbró a Juan XXIII, que lo protegió como el más “joven teólogo rebelde” del concilio,junto al ahora emérito Benedicto XVI. Tras la muerte del papa Juan en 1963, Roma y Küng sostuvieron tempestuosos desencuentros de resonancia mundial. Finalmente, fue castigado a no poder usar el título de “teólogo católico”.

Sobre la fama de Küng como teólogo católico caben pocas discusiones. Pongo por testigo a su antiguo amigo y compañero de cátedra en Tubinga, Ratzinger, de su misma edad. Lo dice el ahora papa emérito en la biografía definitiva, Benedicto XVI. Una vida, que se acaba de publicar en España. Son muchas las justificaciones que Ratzinger expone para explicar las execraciones que impuso a su colega, pero ninguna tan sorprendente como la de la universalidad del castigado. Si exceptuamos a los papas, dijo Benedicto XVI hace dos años, ninguna otra persona en la Iglesia ha tenido a su alcance más medios para ser escuchada.

Sea como fuere, Hans Küng ha muerto sin haber recuperado el título de “teólogo católico”. Parecía que Francisco iba a devolvérselo, y se cruzaron cartas muy elogiosas y amistosas al comienzo del pontificado del cardenal argentino, hace ocho años, pero, como suele decirse, Roma locuta, causa finita est, es decir, en traducción libre, lo que un Papa da por terminado, no lo desmiente su sucesor. Que el Vaticano se haya negado a rehabilitar a Küng es un baldón que tendrá que soportar por siglos, porque muchas de las reformas emprendidas por la Iglesia a partir del Vaticano II tuvieron como inspiradores al teólogo suizo, y al alemán Ratzinger, ambos llamados por Juan XXIII para ejercer de ‘peritos’ (ese era el nombre) de los obispos. Apenas superaban los 30 años.

Los artículos de Hans Küng se han publicado en los mejores periódicos del mundo y han sido una guía para el catolicismo progresista. Su repercusión era siempre notable, lo mismo que los reconocimientos civiles y eclesiásticos que recibió, entre otros una veintena de doctorados honoris causa en grandes universidades; el recibimiento estelar que le hizo en la Casa Blanca el presidente Kennedy en pleno concilio, y el apoyo de la ONU a su programa para una Ética Mundial, que Francisco asume ahora. Küng lo expresa así: “No habrá paz entre las naciones sin paz entre las religiones; no habrá paz entre las religiones sin diálogo entre las religiones; no habrá diálogo entre las religiones si no se investigan los fundamentos de las religiones”. En esa idea, escribió tres libros fundamentales sobre la historia de 30 siglos de judaísmo, la historia de 20 siglos de cristianismo y la historia de 14 siglos de islamismo, una trilogía en la que muestra que las tres religiones que parten de Abraham han atravesado por cambios trascendentales, pero con un origen de grandes tensiones: la relación con su paradigma medieval, que sigue existiendo paralelamente al de la modernidad.

Morris West, autor de Las sandalias del pescador, le ofreció en los 70 escribir su biografía porque consideraba la del teólogo “una existencia de novela”. Küng lo recordó para EL PAÍS cuando publicó el primer tomo de sus voluminosas memorias. “Muchas de las reacciones a mis memorias me han mostrado que algunos las leen como una novela. Pero no fue preciso inventar nada. Sólo tuve que relatar de forma realista la apasionante historia de mi vida”.

Las obras de Han Küng son enciclopédicas. Sería temerario subrayar alguna. Si me fijo en la publicada en España en 1975 con el título Ser cristiano es porque, cuando Juan Pablo II corrigió en 1999 las ideas tradicionales sobre el Más Allá, afirmando que ni el cielo ni el infierno son un lugar físico, sino algo así como estados de ánimo, se comprobó que eso, casi con esas palabras, lo había escrito Küng en Ser cristiano. ¿Qué pensó entonces el teólogo suizo? Que una y otra vez, en Roma, se acaba tomando ideas de autores a los que no se cita. Salvo excepciones, los grandes teólogos son personas perseguidas o marginadas. Es como si, por repensar a Dios, hubiera que sufrir. Lo curioso es que, por lo general, suelen conservarse los nombres de los teólogos perseguidos más que los de sus perseguidores. Con él desaparece uno de los ejemplos.

UNA VIDA MARCADA POR EL NAZISMO Y LA GUERRA

Muchos de los escritos de Küng son de combate, en defensa de unas reformas de la Iglesia romana que, muchas veces, retrocedieron hacia el interminable concilio de Trento (1545 a 1563). La palabra libertad aparece en todos sus libros, como si necesitase repetirla para avanzar. Todo empezó cuando era niño y la toma del poder por Hitler amenaza su libertad nacional y personal. Eso es lo que marca sus primeros años, más que cualquier otra cosa. Tiene seis años en 1934, cuando oye la primera noticia radiofónica que recuerda: el asesinato del canciller austriaco Engelbert Dollfus, víctima de un golpe nacionalsocialista. De la reacción de sus padres concluye que es algo muy peligroso. El segundo choque, a sus diez años, es el día en que empieza a leer periódicos porque el ejército alemán invade Austria. Y el tercer choque ocurre en 1939, comienzo de la II Guerra Mundial. Ratzinger iba a ser llamado a las Juventudes Hitlerianas. Por el contrario, Küng se convierte en un patriota activo contra los nazis

JUAN G. BEDOYA

Publicado en «El Pais«, el 06-Abril-2021.

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In memoriam Manuel Corpas Abril

Queridos compañeros: notificaros que en el día de hoy, 6 de Abril, ha fallecido en Granada nuestro compañero y hermano seráfico Manuel Corpas Abril.

Todos los compañeros y miembros de la Asociación nos unimos al dolor de sus familiares, especialmente de su hermano Paco Corpas, y elevamos al cielo nuestras oraciones por el eterno descanso de su alma.

Nacido en Cogollos Vega en el 1952, ingresó en el Seminario Seráfico en 1964. Fue un participante habitual en los Encuentros de la Asociación de Antiguos Alumnos “Francisco de Asís”. Le recordaremos con todo cariño.

Descanse en paz.

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Beato Diego José de Cádiz

Nació en Cádiz (España) el 30 de marzo de 1743. De joven entró en la Orden Capuchina y, terminados los estudios, recibió la ordenación sacerdotal en 1766. El decenio siguiente lo dedicó a la predicación por toda Andalucía, y luego extendió su campo de apostolado a toda España y Portugal. Fue un predicador asombroso, incansable misionero popular, que reunía a multitudes de toda clase y condición para escucharle. Sus dotes oratorias iban acompañadas de singulares gracias del cielo, y su lenguaje era llano y directo. Combatió los peligros que traía consigo la «Ilustración», lo que le ocasionó enemistades y persecución. Fue hombre de oración y penitente, muy devoto de la Virgen, la «Divina Pastora». Se le consideraba apóstol de la misericordia. Escribió numerosas obras. Murió en Ronda (Málaga) el 24 de marzo de 1801.

Oración:  Oh Dios, que has concedido al beato Diego José la sabiduría de los santos, y le has encomendado la salvación de su pueblo; concédenos, por su intercesión, discernir lo que es bueno y justo, y anunciar a todos los hombres la riqueza insondable que es Cristo. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.Beato Diego José de Cádiz

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