Desde el momento en que se hizo llamar Francisco me dió la corazonada, que con su inédito nombre en el papado, ya estaba mandando un mensaje de humildad a todo el mundo. Uno de sus primeros actos virtuosos fue el lavado de pies, en la cárcel de Roma, sin distinguir religiones ni creencias.
Ya comenzó para mi humilde opinión, a remover los cimientos del Vaticano y no digamos con los cambios de austeridad, manifestados en la silla gestatoria en «las sandalias del Pescador», en la lujosa estola sustituida por otra mucho más sencilla, en el papa-móvil (un 4L para sus desplazamientos). Digo yo que ¡se parece a nuestros políticos!
Pero resulta que aquí no termina la historia pues ya se ha entrevistado nada más y nada menos que con el fundador de la tan denostada Teología de la Liberación, anatematizada por una jerarquía eclesiástica encartonada en un pasado que solo veía y, sigue viendo aún, fantasmas donde casi todo el mundo, yo incluido, ha visto siempre más proximidad que lejanía a lo que Cristo nos predicó.
Su opinión de apertura y comunicación con todas las religiones es otro aldabonazo que nos lleva a pensar que el ser, teniendo buen fondo, estará siempre bien visto desde las Alturas, confiese el credo que su alma o su crianza le hayan imbuido desde pequeño.
Pasado el tiempo, reconozco haberme convertido en un entusiasta seguidor de este Papa valiente, humilde, arriesgado, evangelizador, moderno, … que Dios nos lo conserve por mucho tiempo, pues la iglesia y los creyentes y no creyentes, saldremos ganando.
Para muestra un botón: he recibido en los últimos días un correo electrónico de un amigo en el que destaca una video-entrevista del Papa Francisco, realizada en español, donde pone de manifiesto la filosofía de algunos de los temas a los que he aludido anteriormente. Sin dudar se está dirigiendo al “terrorismo” eclesiástico de su entorno para que asuman la realidad que consiste en que comprendan que él no les teme autocalificándose como inconsciente. La figura es que mientras en el planeta exista un niño con hambre y sin acceso a la educación, no puede haber monseñores, obispos, curas o laicos que, llamándose cristianos, duerman en paz.
Terminaba el correo este buen amigo diciendo: es bueno que sepamos todos que millones de agnósticos nos adherimos a esta conducta y ejemplo.
Clic aquí para ver la entrevista. http://youtu.be/JGbEHX3fmXY
Juan Luis Torres Barrera.
Querido compañero Juan Luís: comparto punto por punto todo tu comentario. Es bueno que un aura de viento limpio y sano impregne a todos los estamentos de la Iglesia algo anquilosados en el tiempo. Que Dios le ayude en su ingente tarea y le ilumine en las decisiones de cambio que tenga que tomar.
JUAN Luis: Qué gratificante es todo tu comentario. Ojalá que el camino que el Papa Francisco está cursando no se trunque por la enfermedad. Yo lo veo un poco mayor de
edad para acometer grandes reformas. Que Dios le ayude.